🗣El libertador Patrice Lumumba🗣

lubumba

Por Oier Zeberio

Nacido el 2 de julio de 1925, Patrice Émery Lumumba fue un líder anticolonialista y nacionalista congoleño, el primero en ocupar el cargo de primer ministro de la República Democrática del Congo entre junio y septiembre de 1960, después de la independencia de este Estado de la sangrienta ocupación belga. Su lucha por la dignidad e independencia en plena guerra fría le llevaron a situarse en la diana de Estados Unidos, cuya agencia de inteligencia orquestó un golpe de estado contra él que lo llevó a ser detenido y posteriormente asesinado el 17 de enero de 1961 a los 35 años de edad. Su derrocamiento llevó al país a una sangrienta guerra que se extendió por toda la región: se calcula que entre 1996 y 2003 perdieron la vida alrededor de 5.4 millones de personas debido a los combates y las posteriores consecuencias, convirtiéndose así en el conflicto bélico más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial.

África es un continente que ha sido y es pisoteado, moldeado y desangrado por Occidente. De hecho, es el máximo responsable de la mayoría de conflictos armados que se han registrado por todo el continente (véase el caso de Ruandao del Congo) y de la extrema pobreza a la que se ven sometidas millones de personas (véase la crisis de la deuda).

Tanto en el siglo XIX y XX, como actualmente, ciertos países occidentales, bajo el velo de potencia colonial (anteriormente) o “Estados que intervienen en pro de la seguridad nacional (actualmente)”, han efectuado uno de los mayores saqueos de la historia mientras que han decidido y deciden la suerte de las personas. El balance es abrumador: millones de muertos y un reguero de extrema pobreza, caos y destrucción.

A la ingeniería política occidental le acompaña una legión de caudillos autóctonos, milicias armadas etc. que, bajo la protección occidental en algunos casos, han gobernado con puño de hierro, provocando innumerables genocidios, y sin el mínimo respeto hacia los derechos humanos regiones enteras. Al respecto, la lista de déspotas autóctonos bañados en oro es abrumadora.

Sin embargo, a lo largo de la historia reciente, sí que hubo algunas personas que lucharon contra el histórico sometimiento y en pos de la soberanía, la libertad y la dignidad. Uno de ellos fue el líder anticolonialista y nacionalista congoleño Patrice Lumumba.

Vida temprana

Nació en 1925 en el Congo, cuando el país era el cortijo privado del Rey Alberto I de Bélgica. Perteneció a la etnia tetela, hecho que adquirió mucha relevancia en su vida política posterior. Sus dos principales rivales, Moise Tshombe, que lideró el proceso secesionista de Katanga, y Joseph Kasavubu, que posteriormente se convirtió en presidente del Congo, procedían de grandes y poderosos grupos étnicos, dando a sus movimientos políticos un carácter regional. En contraste, el movimiento de Lumumba enfatizó su naturaleza integradora y congolesa (1).

Asistió a una escuela misionera protestante, y posteriormente se trasladó a trabajar a Kindu-Port-Empain, donde se convirtió en miembro del club de los évolués (africanos educados en Occidente). Comenzó a escribir ensayos y poemas para revistas congoleñas. También solicitó y recibió la ciudadanía belga. A continuación, Lumumba se trasladó a Léopoldville (ahora Kinshasa) y empezó a trabajar en el servicio postal. Posteriormente se convirtió en contador en la oficina de correos en Stanleyville (ahora Kisangani) y allí continuó con su contribución a la prensa congoleña (2).

Inicio en la política y consolidación de la independencia

En 1955 Lumumba se convirtió en presidente regional de un sindicato puramente congoleño de empleados del gobierno que no estaba afiliado, como otros sindicatos, a ninguna de las dos federaciones sindicales belgas. También se afilió al Partido Liberal Belga en el Congo. Aunque era de tendencia conservadora en muchos sentidos, el partido no estaba vinculado a ninguna de las federaciones, que le eran hostiles.

En 1956 el Lumumba fue invitado con otros a un viaje de estudios por Bélgica a través del Ministro de Colonias. A su regreso, lo arrestaron acusado de malversación de fondos en la oficina de correos. Fue declarado culpable y condenado un año después a 12 de meses de prisión y una multa.

Tras salir de prisión, su actividad política se convirtió en aún más activa. En octubre de 1958, junto a otros líderes congoleños, presentó el Movimiento Nacional Congoleño (Mouvement National Congolais; MNC), el primer partido político congoleño a escala nacional. En diciembre participó en la primera Conferencia de los Pueblos Africanos en Accra, Ghana, donde conoció a nacionalistas de todo el continente africano y se convirtió en miembro de la organización permanente creada por la conferencia.

Debido al aumento del fervor nacionalista, el gobierno belga anunció un programa de transición hacia la independencia del Congo, comenzando con las elecciones locales en diciembre de 1959. Sin embargo, los nacionalistas consideraron a este programa como un plan para instalar títeres antes de la independencia y boicotearon las elecciones. Y las autoridades belgas hicieron aquello que conocían bien: llevar a cabo un programa de represión. Por ejemplo, el 30 de octubre se registraron enfrentamientos en Stanleyville donde fallecieron 30 personas. Mientras, Lumumba fue encarcelado bajo el cargo de incitación a disturbios.

Ante estos hechos, el MNC decidió cambiar de táctica: participó en las elecciones y obtuvo una victoria arrolladora en Stanleyville con el 90% de los votos. En enero de 1960, el gobierno belga convocó a una mesa redonda en Bruselas a todos los partidos políticos congoleños para discutir el cambio político, pero la MNC se negó a participar sin Lumumba. A continuación, Lumumba fue liberado de la prisión y trasladado en avión a Bruselas. La conferencia decidió una fecha para la independencia, el 30 junio, con elecciones nacionales en mayo. Aunque se presentaron numerosos partidos, el MNC destacó notablemente y Lumumba emergió como el principal político nacionalista del Congo. Las maniobras para debilitarlo fracasaron y se le pidió que formara el primer gobierno, hecho materializado el 24 de junio de 1960.

gobiernolubumba Lumumba (centro izquierda) posa con su gobierno frente al Palais de la Nation inmediatamente después de su investidura. Fuente: Wikipedia

Los problemas inundan su mandato

Casi inmediatamente después de la independencia, algunas de las unidades del ejército se revelaron, en gran parte debido a objeciones con su comandante belga. Moise Tshombe aprovechó la confusión resultante usándola como oportunidad para proclamar que la provincia de Katanga, rica en minerales, se separaba del Congo. Ante estos hechos, Bélgica envió tropas, en teoría para proteger a los nacionales belgas sumidos en la nueva inestabilidad. Sin embargo, las tropas belgas desembarcaron principalmente en Katanga, donde apoyaron el régimen secesionista de Tshombe (3).

El Congo acudió a las Naciones Unidas con el objetivo de parar la intervención belga y restablecer el orden interno. Aunque era primer ministro, Lumumba tenía poco margen para corregir la situación: su ejército era un instrumento de poder incierto, su administración civil carecía de la capacitación necesaria, las Naciones Unidas miraban a otro lado y las alianzas políticas subyacentes a su régimen eran muy inestables. Las trompas belgas no se marcharon y el proceso de secesión de Katanga continuó.

Debido a que las Naciones Unidas se negaron a ayudar a controlar la revuelta katangesa, Lumumba pidió ayuda a la Unión Soviética para que los aviones transportaran sus tropas a Katanga. También les pidió apoyo a los Estados africanos independientes. Sus movimientos alarmaron a muchos, particularmente a las potencias occidentales y a los seguidores del presidente Kasavubu.

En un contexto de Guerra Fría, esta acción supuso el enfrentamiento directo con los Estados Unidos, que activó sus efectivos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para eliminarlo del panorama africano. El 26 de agosto, Allen Dulles, director de la CIA, afirmó lo siguiente: “Si Lumumba continúa en el poder, el resultado será en el mejor de los casos un caos y en el peor una eventual toma de poder por los comunistas, con consecuencias desastrosas para el prestigio de la ONU y los intereses del mundo libre. Su despido debe ser, por tanto, un objetivo urgente y prioritario […]”.

Destitución, arresto y asesinato

El 5 de septiembre, el presidente Kasavubu destituyó a Lumumba, pero Lumumba inmediatamente puso en duda la legalidad de la medida. Como resultado de este hecho, se formaron dos grupos que afirmaban ser el gobierno central legal. Nueve días después, el poder cayó en manos del líder del ejército congoleño, el Coronel Joseph Mobutu, tras un golpe de Estado apoyado por la CIA. Mobutu decidió mantener en el cargo a Kasavubu.

Los lazos de la CIA con Mobutu se remontaban a 1960, el año en que la CIA planeó el asesinato de Lumumba. Un cable del 25 de agosto de 1960 al jefe de la oficina de la CIA del entonces Director de la Central de Inteligencia, Allen Dulles, señalaba que «la destitución de Lumumba debe ser un objetivo primordial y urgente y que, bajo las presentes condiciones, debería ser una prioridad fundamental de nuestra acción encubierta –Bob Woodward

En octubre Lumumba fue puesto bajo arresto domiciliario en Léopoldville, custodiado no solo por las fuerzas de Mobutu sino también por las de la ONU. Se nombró un gobierno civil y se dieron por concluidas las relaciones diplomáticas con la URSS, China y Checoslovaquia. Debido a que la Asamblea General decidió reconocer la nueva correlación de poderes, Lumumba escapó del arresto domiciliario e intentó viajar a Stanleyville, donde sus seguidores tenían el control. Sin embargo, fue capturado por las fuerzas de Mobutu y arrestado el 2 de diciembre. Inicialmente, estuvo detenido en un campamento militar en Thysville (ahora Mbanza-Ngungu), pero la preocupación de que obtuviera el apoyo de los soldados llevó a las autoridades belgas, congoleñas y de Katanga a organizar su traslado a un lugar que garantizaba su muerte.

arresto

El 17 de enero de 1961, Lumumba y dos compañeros, Joseph Okito y Maurice Mpolo, fueron trasladados a Elisabethville (ahora Lubumbashi), donde fueron entregados al régimen secesionista de Katanga y sus asesores belgas. Tanto durante el trayecto como posteriormente fueros golpeados por los soldados. Más tarde, aquel mismo día, Lumumba, Okito y Mpolo fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento bajo el mando de Bélgica. Sus cuerpos arrojados a tumbas poco profundas, inicialmente. Sin embargo, posteriormente se desenterraron bajo la dirección de los oficiales belgas, cortados en pedazos y disueltos en ácido o quemados.

El Gobierno de Katanga retuvo la información relativa a su muerte hasta el 13 de febrero. Posteriormente llegó a afirmar que Lumumba se había escapado de su custodia y había sido descubierto por los aldeanos, quienes lo mataron. Sin embargo, para aquel momento los rumores acerca del trágico final se habían extendido y la explicación oficial fue ampliamente cuestionada. Su muerte provocó un escándalo en todo el continente africano y más allá. Convertido en un mártir y héroe nacional, la figura de Lumumba se convirtió en una referencia indiscutible de la lucha contra el colonialismo y en favor de la soberanía nacional y el panafricanismo. Y es que Lumumba era un hombre de carácter fuerte que tenía la intención de seguir sus políticas independientemente de los enemigos que se hiciera dentro de su país o en el extranjero (4).

La muerte de Lumumba y su sustitución por el dictador Mobutu Sese Seko (en 1965, el entonces Teniente General Mobutu le arrebató el poder al presidente Kasavubu) marcaron el comienzo de décadas de luchas internas, de férreo régimen dictatorial y de declive económico que han caracterizado el Congo postcolonial. La desestabilización de la sociedad congoleña que se produjo bajo el “reinado” de Mobutu (1965-1997) desembocó en una serie de cruentos conflictos devastadores, la primera y segunda guerra congoleñas, conocidas también como las guerras mundiales africanas (5).

Estos conflictos, además de destrozar a la sociedad congoleña, arrastraron a los países vecinos, implicando a nueve en total y a alrededor de 25 grupos armados. Se calcula que entre 1996 y 2003 perdieron la vida alrededor de 5.4 millones de personas debido a los combates y las posteriores consecuencias, convirtiéndose así en el conflicto bélico más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial.

Llegará el día en que hablará la historia. Pero no será la historia que se enseñará en Bruselas, París, Washington o Naciones Unidas. Será la historia que se enseñará en los países que se han liberado del colonialismo y de sus títeres. África escribirá su propia historia y tanto en el norte como en el sur será una historia de gloria y dignidad Patrice Lumumba, en una carta escrita a su mujer desde la cárcel en 1960

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