Cuando los gobiernos o las empresas privadas atacan a alguien con programas maliciosos y facilitan el abuso de los derechos humanos, la víctima debe poder exigir responsabilidades a los malos actores. Por eso, en octubre, la EFF solicitó a un tribunal federal norteamerciano que considerara su informe amicus en apoyo de la periodista Ghada Oueiss en su demanda contra DarkMatter, una conocida empresa de cibermercenarios con sede en los Emiratos Árabes Unidos. Oueiss ha demandado a la empresa y a altos funcionarios del gobierno saudí por haber pirateado su teléfono y filtrado su información privada como parte de una campaña de desprestigio.
El escrito de la EFF sostiene que las empresas privadas no deberían estar protegidas por la inmunidad soberana extranjera, que limita los casos en que los gobiernos extranjeros pueden ser demandados ante los tribunales estadounidenses. Cientos de empresas tecnológicas venden productos y servicios de vigilancia y piratería informática a gobiernos de todo el mundo. Algunas empresas venden herramientas de vigilancia a los gobiernos -en 45 de los 70 países que albergan el 88% de los usuarios de Internet del mundo- y otras, como DarkMatter, realizan la vigilancia y el pirateo ellos mismos.
El pirateo de DarkMatter tiene graves consecuencias. En su demanda, Oueiss relata que fue objeto de miles de tuits que la atacaban, con cuentas que publicaban fotos y vídeos personales robados, algunos de los cuales fueron manipulados para humillarla aún más. Y a principios de este mes, la EFF presentó una demanda contra DarkMatter porque la empresa hackeó a la activista saudí de derechos humanos Loujain AlHathloul, lo que provocó su secuestro por parte de los EAU y su extradición a Arabia Saudí, donde fue encarcelada y torturada.
Las empresas estadounidenses están en ambos extremos de la mala conducta de DarkMatter: algunas son objetivos, como Apple y los usuarios de iPhone, y otras empresas son proveedores. Dos empresas estadounidenses vendieron a DarkMatter exploits de iMessage sin necesidad de hacer clic, que utilizó para crear un sistema de pirateo que podía infiltrarse en iPhones de todo el mundo sin que los objetivos se enteraran de nada.
Se deben aplicar los principios de los derechos humanos, y los mecanismos voluntarios le han fallado a estas víctimas. Los tribunales estadounidenses deben estar abiertos a los periodistas y activistas para que reivindiquen sus derechos, especialmente cuando existe una conexión con este país: la campaña de desprestigio contra Oueiss se produjo en parte aquí. La EFF acogió con satisfacción la reciente sentencia del Tribunal de Apelación del Noveno Circuito, según la cual el proveedor de software espía NSO Group, como empresa privada, no gozaba de inmunidad soberana extranjera frente a la demanda de WhatsApp por pirateo de los usuarios de la aplicación. Los tribunales deberían negar igualmente la inmunidad a DarkMatter y a otras empresas de vigilancia y piratería informática que perjudican directamente a los usuarios de Internet de todo el mundo.
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