as recientes elecciones de consejeros constitucionales deben ser analizadas en el contexto del proceso político que se inauguró en noviembre de 2019, cuando las diferentes expresiones de la élite política sancionaron el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, a efectos de contener la protesta popular anticapitalista que amagaba no solo la estabilidad del gobierno de Piñera, sino que el conjunto del sistema de dominación en Chile.
Efectivamente, dicho acuerdo, suscrito desde el Frente Amplio (FA) hasta la Unión Demócrata Independiente (UDI), les devolvió la iniciativa estratégica a las clases dominantes y logró redirigir el impulso popular de cambio hacia el escenario institucional.
Todo ello en un contexto de profunda debilidad de las organizaciones sociales y políticas revolucionarias. Una debilidad que, a estas alturas, resulta endémica.
En ese sentido, la derrota del reformismo en el plebiscito constitucional de septiembre de 2022, evidenció tanto la debilidad política de los sectores que empujaron desde el “progresismo” el cambio de la Constitución, como las insuficiencias programáticas contenidas en el texto plebiscitado en esa oportunidad. Los énfasis culturalistas del texto derrotado y la renuncia a los cambios profundos en el modelo de dominación de clase enajenaron la adhesión de importantes sectores del mundo popular.
Sobrepasado por la derrota electoral de septiembre y por sus propias incapacidades en la gestión del gobierno, el reformismo, presionado sistemáticamente por los medios de comunicación al servicio de la burguesía, nuevamente cedió. De esta manera, en marzo de 2023 se constituyó, tras un amplio acuerdo político, la Comisión de Expertos (24) cuyos integrantes, nominados por el Congreso Nacional, provenían de las filas de los diferentes partidos del sistema. Los expertos no eran otra cosa que la voz de las diferentes fracciones de la burguesía. Esta Comisión de Expertos se encuentra redactando, de espaldas a la ciudadanía (incluso en el más profundo secretismo), un borrador de texto constitucional que no modificará en lo sustancial el modelo económico o el régimen político.
Por otro lado, el énfasis puesto por los medios de comunicación en los problemas delictuales, en especial en aquellos protagonizados por inmigrantes, resituaron el campo de la discusión pública hacia la situación de seguridad. Los problemas asociados a salud, educación, pensiones, vivienda y salarios, desaparecieron de la agenda. De hecho, muy pocos se enteraron, en julio de 2022, que el INE informó que el salario mediano en Chile continuaba estancado en los 457.690 pesos. De esta manera, con un campo popular replegado sobre sus territorios, con una izquierda revolucionaria fragmentada y sin capacidad de incidir en la coyuntura política, con una opción reformista acorralada por sus nuevos aliados concertacionistas y con una derecha cada vez más vociferante y agresiva, se llegó a la elección de consejeros constitucionales del domingo 7 de mayo.
En esta nueva elección votaron 12.858.472 personas, lo que representa un 85% del total de electores (15.150.571), un porcentaje levemente inferior al 85.7% que participó en el plebiscito de septiembre de 2022. La obligatoriedad del voto y la reiteración de la amenaza de multas para quienes no sufragaban sin duda alguna incidió de manera importante en la masiva concurrencia a la “fiesta de la democracia”.
La distribución de la participación fue aleatoria. En las comunas de altos ingresos de la región Metropolitana, como Las Condes (76,4%) Vitacura (77,89%) y Lo Barnechea (83,09%), la participación continúa siendo alta, aunque baja respecto de la media nacional.
Mientras que, en las comunas populares, que regularmente tienen bajas tasas de participación, en esta oportunidad la concurrencia a las urnas fue particularmente alta: La Pintana (86,77%), Pudahuel (88,43% y Puente Alto (89,08%).
Por otro lado, el voto nulo y el voto blanco también escalaron de forma importante. Los nulos llegaron al 16,98%, mientras que los blancos al 4,55%. Entre ambos se llegó al 21,53%. Así, considerando las abstenciones, los votos nulos y los votos blancos llegamos a un total de 4.980.077 personas que no expresaron mayor interés en el evento o en los candidatos. Es decir, un 32,87% de los electores permanecieron indiferentes frente al proceso. Pero cabe hacer algunas precisiones. Muchos de los que no votaron en esta oportunidad lo hicieron por indiferencia frente al proceso político, y si bien esta manifestación es una forma de rechazo político, no es menos efectivo que se trata de un rechazo que no responde a un abstencionismo activo u orgánico, sino más bien a la prescindencia de lo político. Po otro lado, es importante indicar que muchas de las personas que se abstuvieron de votar concurrieron hasta las unidades policiales a justificar su ausencia del evento. No estamos en presencia, como creen ver algunos, de una actitud de rebeldía frente a la clase dirigente, sino más bien, en presencia de una creciente apatía política.
No obstante, los resultados de la elección de consejeros constitucionales arrojan resultados que van más allá de la coyuntura electoral. Por una parte, se hace evidente la extinción de la Democracia Cristiana (DC, 3,78%) y del Partido Radical (PR, 1,58%). Dos partidos veteranos que en esta últimas dos décadas han visto difuminarse sus “nichos” electorales.
La adscripción confesional conservadora giró desde la DC hacia la UDI y más recientemente hacia Republicanos, mientras que la creciente laicización de la sociedad ha encontrado diferentes expresiones de representación pasando desde el Partido por la Democracia (PPD), hasta el FA.
También resulta interesante el declive de los partidos que integran la coalición Chile Vamos, fenómeno que se inició con la elección de los convencionales constituyentes de mayo de 2021 y que luego se extendió a la primera vuelta de la elección presidencial de noviembre de ese mismo año. Efectivamente, la coalición Chile Vamos que en esta oportunidad se presentó bajo la consigna Chile Seguro obtuvo solo un 21,07% de los votos, y partidos hasta hace poco hegemónicos en la política chilena, como la UDI, llegaron a solo un 8,86% del electorado. Es evidente que las organizaciones políticas que acompañaron a la Concertación en el largo ciclo de la democracia de los acuerdos han experimentado un profundo desgaste, el mismo que se acentuó en el último período presidencial de Sebastián Piñera (2018-2022). Todo indica que Republicanos, con un 35,4% de adhesión, ha pasado a convertirse en un relevo de la derecha dictatorial. Efectivamente, este partido, con un discurso que reivindica la conservación de la Constitución Política de 1980, la aplicación de medidas punitivas más severas contra el mundo delictual y contra la protesta popular y que se propone un mayor celo represivo con la migración, ha logrado interpretar no solo las expectativas de las élites económicas y sociales, sino que, incluso, el de amplios sectores del campo popular. De hecho, Republicanos obtuvo la primera mayoría electoral en 12 de las 16 regiones del país. Además, en 9 de esas 12 regiones, Republicanos obtuvo una votación superior a su propia media nacional (35,4%), siendo las regiones de Tarapacá (41,19%) y Bio Bío (43,34%), los nuevos bastiones de este referente.
Pero no debemos confundirnos. Republicanos no es ni una derecha más extrema y tampoco es una derecha fascista (en el sentido histórico del concepto). Es una derecha al servicio de la burguesía, tal y como lo han sido históricamente otras agrupaciones del mismo signo y como lo son sus pares de Chile Vamos. Efectivamente, la derecha en Chile ha sido históricamente conservadora y autoritaria. Lo fue en el siglo XIX y comienzos del siglo XX, con conservadores y liberales; lo fue en el siglo XX con el Alessandrismo y el Ibañismo, e incluso presionó hacia el autoritarismo a los gobiernos reformistas del Frente Popular y de Eduardo Frei Montalva. Expresión de ello fueron las sucesivas matanzas de trabajadores a lo largo de la centuria pasada, todas ampliamente documentadas por la historiografía. Esta misma derecha fue la que apoyó incondicionalmente la política represiva de la dictadura y artículo, con la Concertación de Partidos por la Democracia, una política de impunidad para los represores. Nunca ha existido en Chile una derecha democrática o liberal y las diferencias entre Republicanos y Chile Vamos se reducen a la intensidad y extensión de la política represiva. No existe una derecha “peor” a la que se debe contener, es el conjunto de la derecha, soporte fundamental de burguesía, la que debe ser derrotada.
El escenario que se está configurando tiene al conjunto de la derecha (39 consejeros constitucionales), como administrador de los destinos institucionales del país. Es decir, quienes se oponían de manera rotunda al cambio constitucional hasta octubre de 2019, son hoy día los que tienen el control del proceso constitucional. Ello incluso les permite ser generosos con los vencidos y concederles algunas demandas menores en el plano de los derechos civiles y culturales. El objetivo será sumarlos a la construcción de la “casa de todos” y, por esa vía, darle al texto constitucional la legitimidad política que debe tener en el plebiscito de salida (diciembre de 2023). No es extraño, siguiendo el razonamiento del 7 de mayo por la noche del Presidente Gabriel Boric, que la nueva carta constitucional articule competencias policiales cada vez más estrictas en materia de orden público y migración y que a su vez considere un marco de operaciones amplio para las inversiones de capital, locales y extranjeras, y en compensación le conceda al progresismo algunas migajas en materia de interculturalidad y equidad de género. En definitiva, nada que amenace la acumulación de capital de la burguesía y, consecuente con ello, su capacidad de control y represión de la protesta popular.
esde sus comienzos, el saqueo de las estatuas y frisos del Partenón por parte de Elgin provocó una especie de guerra civil británica discursiva. Por un lado estaban los humanistas, como Lord Byron; por el otro, estaban los apologistas del Imperio, que defendían y defienden las acciones de Elgin y apoyaban y apoyan los inalienables derechos de propiedad del Museo Británico sobre las estatuas que, finalmente, el museo compró a Thomas Bruce, conde de Elgin.
En los últimos años, la opinión pública de Gran Bretaña se está poniendo cada vez más del lado de Lord Byron, quien, en 1812, lamentó el aspecto lamentable del Partenón posterior a Elgin:
“Dull is the eye that will not weep to see
Thy walls defaced thy mouldering shines removed
by british hands, which it had best behoved
to guard those relics ne’er to be restored.
Curst be the hour when from their isle they roved,
And once again thy hapless bossom gored
and snatch’d shrinking gods to northern climes abhorred.”
Según las sucesivas encuestas de YouGov, una clara mayoría de los británicos quieren ver los frisos del Partenón exhibidos en el magnífico Museo de la Nueva Acrópolis, en una sala especial con vista al castrado Partenón.
Por desgracia, el gobierno británico y los partidarios supervivientes de Elgin se resisten con uñas y dientes, insistiendo en que las estatuas del Partenón en el Museo Británico son de su propiedad y deben permanecer así eternamente. Su reclamo de derechos de propiedad legal es tan tendencioso como perjudicial para el sentido británico de la justicia. Señalan que Elgin tenía un permiso de las fuerzas de ocupación otomanas en Atenas para tomar lo que quisiera de la Acrópolis, lo que, insisten, le dio el derecho de poseer y vender todo lo que extrajo. Incluso si dejamos de lado el hecho de que dicho permiso otomano nunca otorgó permiso a Elgin para cortar las estatuas y los frisos del monumento con el uso de sierras, la afirmación es absurda y, de hecho, bastante peligrosa.
Imagínate que las fuerzas de ocupación nazis en París hubieran concedido a algún caballero un permiso para retirar las estatuas del Louvre. O si los hombres de Putin en Mariupol, hoy, le concedieran a un comerciante de antigüedades visitante un permiso para retirar antiguedades de valor incalculable de un museo local. La idea misma de que estos permisos otorgan derechos de propiedad seguros sobre las antiguedades sscuestradas es una afrenta para todas las personas decentes del mundo. En cuanto a la réplica habitual del establishment británico (que la ocupación otomana de Grecia duró siglos, o que Grecia no había sido un Estado-nación moderno antes de que los otomanos la invadieran), es una falta de respeto terrible para decenas de británicos que, como Lord Byron, viajaron a Grecia poco después de que Elgin destrozara la Acrópolis para luchar junto a los griegos reclamando su libertad y fundando el estado griego moderno.
Esta saga interminable vuelve a ser noticia. Durante los últimos seis meses, George Osborne, el ex ministro de Hacienda que actualmente se desempeña como presidente del Museo Británico, ha estado negociando un tratado con el gobierno griego. Una parte de las esculturas del Partenón serán enviadas a Atenas, a título de préstamo, para ser exhibidas a cambio de otras antigüedades. La verdadera razón por la que Osborne ha iniciado tales negociaciones es egoísta: necesita recaudar mil millones de libras esterlinas para restaurar el Museo Británico, pero teme que, teniendo en cuenta la opinión pública británica, a menos que elimine el hedor a hurto de Elgin de las salas y pasillos del Museo Británico, no habrá patrocinadores.
Desafortunadamente, limitado por la determinación del establishment británico en insistir mantener todos los derechos de propiedad sobre las esculturas que Elgin trajo a Inglaterra, el trato que Osborne está ofreciendo a la parte griega es vergonzoso. De hecho, no podría ser de otra manera, siempre y cuando el gobierno del Reino Unido y el Museo Británico insistan en que son los propietarios absolutos de las esculturas.
Piénsalo: los miembros del stablishment británico, que consideran que las estatutas son británicas y saben que la parte griega no reconoce sus derechos de propiedad, se oponen incluso a prestarlas al Museo de la Nueva Acrópolis, por temor a que un tribunal griego, si no el gobierno griego, pudíera decretar que no se devolvieran a Gran Bretaña. La única forma en que considerarían prestarlas es sobre la base del trato que el Sr. Osborne está proponiendo ahora al gobierno griego: un trato que estipula que, por el privilegio de recibir en préstamo la mitad de las estatuas arrancadas al Partenón, los museos griegos deben enviar otras de valor incalculable. estatuas que se mantendrán en el Museo Británico como «garantía«, esencialmente como rehenes que obligan a los griegos a devolver los mármoles prestados del Partenón.
Ningún gobierno griego puede aceptar jamás un trato tan sórdido. Y ningún británico decente debería mirarlo con otra cosa que no fuera un merecido desprecio.
Según mi opinión, creo que es absurdo, después de 200 años, seguir con la misma discusión. Es molesto para nosotros los griegos y es desalentador para los británicos. No soy un nacionalista cultural, en el sentido de que no quiero que se nos devuelva cada fragmento, cada estatua, cada friso o jarrón producido en la Grecia clásica. Los frisos, metopas y frontones del Partenón son un caso muy, muy especial. Fueron creados como partes integrales del Partenón y fueron desmantelados por Elgin con un permiso de nuestros esclavistas. No pertenecen ni a los griegos ni a los británicos. Pertenecen al Partenón, con el que se pueden volver a unir mejor si se exhiben en la sala perfectamente diseñada en la parte superior del Museo de la Nueva Acrópolis. Está conectado visualmente con el templo de una manera que provocaría lágrimas en los ojos de cualquier visitante.
¿Y el Museo Británico? ¿Termina con una habitación vacía donde ahora están las reliquias del Partenón? Absolutamente no. Como internacionalista y anglófilo, detestaría eso. Pero imagina lo siguiente. Que los Mármoles del Partenón se reúnan con el Partenón de forma permanente. Y que el gobierno griego se comprometa a mantener la sala correspondiente del Museo Británico abastecida con una exposición rotatoría permanente de tesoros de la época clásica independientes del incalculable valor. Le daría a la gente de Gran Bretaña y a los visitantes internacionales una razón para visitar el Museo Británico una y otra vez.
De esta manera, el Partenón volvería a estar completo. Y el Museo Británico se enriquecería con un desfile interminable de espléndidas antigüedades griegas que funcionarían como alegres embajadores de la Grecia clásica en el centro de Londres, no como los tristes rehenes del Sr. Osborne.
A los pueblos en resistencia y rebeldía del Sur-Sureste de México A los pueblos en resistencia y rebeldía del Sur Global
A las organizaciones de lucha abajo a la izquierda nacionales e internacionales A las organizaciones de derechos humanos del mundo
A los medios de comunicación libres, alternativos o como se llamen:
olo faltan dos meses para el inicio de la caravana “El Sur resiste 2023” que recorrerá el Sur/Sureste mexicano por los territorios afectados por el megaproyecto interconectado “Tren Maya / Corredor Interoceánico” articulando los pueblos, comunidades, colonias, barrios y organizaciones indígenas, campesinas, feministas, sindicales, populares y de la sociedad civil que están en lucha y resistencia ante distintas formas de despojo del Estado y el capital mundial y patriarcal.
Para el final de esta gira que se realizará del 25 de abril al 5 de mayo, estamos convocando este encuentro internacional para compartir los dolores, esperanzas y estrategias de articulación trazadas, para aprender de las luchas de otras geografías y seguir tejiendo redes solidarias de resistencias y rebeldías planetarias.
Llamamos a todas, todos, todes, a las resistencias de barrio, a los pueblos que luchan, a las colectivas urbanas y de las periferias, a quienes construyen autonomías y rebeldías en todos los rincones del Sur Global, a hermanarnos, a que nos volvamos a encontrar para conocernos, intercambiar saberes y sentires, articular luchas globales, acordar acciones conjuntas para nombrar, señalar y reclamar el derecho a la vida digna de los pueblos y la naturaleza.
Es momento de que nos escuchemos y que señalemos directamente a quienes están detrás de las causas del despojo que vivimos en nuestros territorios, a ese 1% de la población mundial cuyas decisiones y formas de vida han provocado la actual crisis climática que nos obliga a ser desplazados como pueblos, que reconfigura nuestros territorios y nos enfrenta a la explotación, al extractivismo, a la guerra. Porque sabemos que las luchas no están solamente aquí en México, están en muchos lugares del mundo donde compañeras, compañeros y compañeroas del Sur global están poniendo el cuerpo para defender sus territorios de los corredores, trenes y proyectos de muerte del capitalismo corporativo mundial. Y sabemos que en los rincones de lo que se llama el norte global hay personas resistiendo, que también forman parte del Sur Global, y les hacemos este llamado a que unan sus voces a esta lucha. Somos ese 99% que resiste a los embates de los que nos destruyen y pretenden dominarnos.
Les invitamos a registrarse, antes del 15 de abril en el correo elsurresiste@riseup.net, colocando en asunto “encuentro internacional”, proporcionando información de contacto: nombre y apellidos, organización, estado y/o país de proveniencia y precisar si desean presentar una experiencia concreta de lucha, resistencia y/o construcción de autonomías y su formato de presentación (video, powerpoint, etc), considerando un tiempo breve de presentación, que se ajustará una vez terminado el registro.
Como parte del programa, habrá un momento de compartición de las luchas diversas; sin embargo, probablemente, no alcanzara el tiempo para todes, y por ello, les invitaremos a instalar “stands” informativos en los cuales podrán, durante los ratos de receso, compartir su experiencia con las personas que lo deseen. Invitamos a redactar un escrito de no más de 2 cuartillas, que ilustre los aspectos más importantes de su proceso de lucha para integrarlo a la memoria final.
Para el hospedaje, se facilitará información de espacios seguros a bajo costo donde hospedarse en San Cristóbal de las Casas. Por la situación de inseguridad que se vive actualmente en la Ciudad de San Cristóbal de las Casas, se recomienda no andar en los barrios periféricos a más de las 9 de la noche y resguardar colectivamente la seguridad del Encuentro Internacional entre todas, todes y todos l@s asistentes, recordando que no se permite el consumo de alcohol y drogas ni se tolera ningún tipo de acoso o violencia.
Desde diversos rincones del Sur-Sureste Mexicano:
Comisión de coordinación y organización EL SUR RESISTE 2023 Congreso Nacional Indígena – Concejo Indígena de Gobierno
a sido un año tumultuoso para la libertad de expresión en todo el mundo. Desde apagones de Internet, medidas enérgicas contra la libertad de expresión y pactos a puerta cerrada hasta intentos de restringir el anonimato y el cifrado de extremo a extremo, en muchos lugares los derechos digitales están amenazados. Y aunque la Unión Europea ha avanzado en materia de regulación, en otras partes del mundo los esfuerzos por regular -especialmente los emprendidos por países autoritarios– amenazan con fracturar el Internet mundial. La EFF está profundamente comprometida en la lucha mundial por la libertad de expresión en línea. En 2022, trabajamos con la Alianza por los Derechos Humanos del Digital Services Act para garantizar que los legisladores de la UE tengan en cuenta las repercusiones globales de la legislación europea. También nos unimos a la Alianza Árabe por los Derechos Digitales, una coalición de reciente creación que reúne a grupos de toda la región de Oriente Medio y Norte de África y a socios internacionales para proteger el espacio cívico en línea. Continuamos nuestra labor como miembros de larga trayectoria de la red IFEX. Y con la (prudente) vuelta a los viajes, participamos en varios foros internacionales, entre ellos la conferencia POINT de los Balcanes, FIFAfrica, Bread and Net en Líbano y la OSCE.
En colaboración con socios internacionales, hemos lanzado Proteger la pila, una iniciativa respaldada por más de 55 organizaciones de todo el mundo cuyo objetivo es garantizar que los proveedores de infraestructuras no se conviertan en policías de la palabra. También hemos puesto en marcha el programa Tracking Global Online Censorship, para supervisar el impacto de la moderación de contenidos en la libertad de expresión en todo el mundo.
Además de estos esfuerzos conjuntos, habido bastantes lugares que han merecido especial atención. He aquí cinco amenazas actuales que no descuidaremos el año entrante:
La repulsiva ley anti-LGBTQ de Ghana
Ghana, una democracia constitucional con un fuerte compromiso con la libertad de expresión, se ha convertido en un centro tecnológico regional, lo que hace este proyecto de ley presentado por el parlamento ghanés aún más atroz. La legislación ghanesa ya penaliza la actividad sexual entre personas del mismo sexo, pero esta propuesta va más allá, amenazando con hasta cinco años de cárcel a cualquiera que se identifique públicamente como LGBTQI+ o con «cualquier identidad sexual o de género contraria a las categorías binarias de masculino y femenino». El proyecto de ley también penaliza identificarse como aliado LGBTQI+.
Hicimos un llamamiento a Twitter y Meta, que habían abierto oficinas en Accra, capital de Ghana (la oficina de Twitter ha sido cerrada desde entonces), para que se pronunciaran en contra del proyecto de ley, y animamos a los aliados mundiales a apoyar a las comunidades ghanesa LGBTQI+ y de derechos humanos para que se opusieran a su aprobación. Seguiremos atentos a la evolución de la situación.
Represión de manifestantes y tecnólogos en Irán
En septiembre, la muerte de Jina (Mahsa) Amini a manos de la policía de la moralidad iraní desencadenó protestas que han continuado durante más de dos meses, a pesar de una brutal represión que ha incluido decenas de miles de detenciones y las ejecuciones de varios manifestantes antigubernamentales de alto perfil.
Entre las personas atacadas por las fuerzas gubernamentales desde el principio se encontraban varios tecnólogos y defensores de los derechos digitales. En octubre, nos unimos a nuestros amigos de Access Now, Article19 y Front Line Defenders emitiendo una declaración pidiendo a Irán que ponga fin a la persecución de la comunidad de derechos digitales y libere a los detenidos, entre ellos el especialista en tecnología Aryan Eqbal y el bloguero y tecnólogo Amiremad (Jadi) Mirmirani.
Eqbal quedó en libertad a principios de noviembre, y Mirmirani a mediados de diciembre, pero los iraníes siguen sufriendo graves amenazas a la libertad de expresión en Internet. Seguiremos trabajando con nuestros socios internacionales para llamar la atención sobre la situación.
El último intento de Turquía de obstaculizar la libertad de expresión
Turquía, uno de los primeros en adoptar medidas para restringir las redes sociales, volvió a la carga en 2022 con una nueva ley destinada a frenar la desinformación. Siguiendo los pasos de su mutante imitación de la ley NetzDG de 2020, el gobierno turco pretende ahora combatir la desinformación con censura en forma de una ley de redacción imprecisa que prescribe tres años de prisión para quien publique «información falsa» con la intención de «instigar el miedo o el pánico» o «poner en peligro la seguridad del país, el orden público y la salud general de la sociedad.»
La ley fue recibida con condena dentro y fuera de Turquía, y nosotros nos hicimos eco de ese sentimiento. Estaremos atentos a la repercusión de la normativa en el discurso durante el próximo año.
Las amenazas de Arabia Saudí a los derechos en línea
Arabia Saudí nunca ha ofrecido un espacio para la libertad de expresión, ni en Internet ni fuera de él, pero mientras el país intenta mejorar su reputación internacional con desarrollos como la ciudad inteligente NEOM -apenas unos años después de su brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi-, sus sorprendentes medidas para restringir la libertad de expresión nos hacen prestar mucha atención al Estado del Golfo.
En 2022, Arabia Saudí impuso penas de prisión sorprendentemente duras a dos usuarios de Twitter, uno de ellos ciudadano estadounidense. La otra, Salma al-Shehab, estudiante de la Universidad de Leeds (Reino Unido), fue detenida a su regreso a Arabia Saudí y recluida durante más de un año antes de ser condenada a la friolera de 34 años de prisión, a los que seguiría una prohibición de viajar durante 34 años. ¿Su «delito»? Compartir contenidos en apoyo de presos de conciencia y defensoras de los derechos humanos. Su condena supera en cuatro años la pena máxima prevista por la legislación antiterrorista del país para actividades como el suministro de explosivos o el secuestro de aviones.
En octubre, nos unimos a más de una docena de organizaciones internacionales para pedir al gobierno británico que presionara por su liberación, y hemos seguido vigilando su caso. A la luz de ambos casos y de otras violaciones de derechos cometidas por el gobierno saudí, también pedimos a Google que abandonara sus planes de abrir un centro de datos en el país. Y ahora que Arabia Saudí es uno de los mayores inversores de Twitter, tenemos más motivos para vigilar de cerca las relaciones de Silicon Valley con este país violador de los derechos humanos.
En octubre, nos unimos a más de una docena de organizaciones internacionales para pedir al gobierno británico que presionara por su liberación, y hemos seguido vigilando su caso. A la luz de ambos casos y de otras violaciones de derechos cometidas por el gobierno saudí, también pedimos a Google que abandonara sus planes de abrir un centro de datos en el país. Y ahora que Arabia Saudí es uno de los mayores inversores de Twitter, tenemos más motivos para vigilar de cerca las relaciones de Silicon Valley con este país violador de los derechos humanos.
La brutal represión de Alaa Abd El Fattah en Egipto
Esperábamos que 2022 fuera el año en que veríamos al tecnólogo, activista y escritor Alaa Abd El Fattah libre y reunido con su familia. El caso de Alaa, amigo de la EFF, ha sido uno de los pilares de nuestra labor de defensa internacional durante muchos años. Este año, en vísperas de la Cumbre COP27 -organizada por Egipto a pesar de las objeciones internacionales-, Alaa decidió intensificar su huelga de hambre, poniendo su vida en grave peligro pero también llamando la atención sobre su difícil situación. Al final, las protestas en torno a la COP27 para pedir su libertad y la de otros presos políticos egipcios eclipsaron las negociaciones sobre el clima.
Alaa fue uno de los tres ganadores de los Premios EFF 2022, y aunque estamos orgullosos de honrar sus logros, el momento fue agridulce: A pesar de las peticiones del gobierno británico, de varios miembros del Congreso estadounidense y de una amplia franja de la comunidad internacional, Alaa sigue en prisión.
Pero, por decirlo con sus propias palabras, aún no hemos sido derrotados: Alaa puso fin a su huelga de hambre a mediados de noviembre y finalmente se le permitió visitar a su familia poco después. Todavía hay esperanza, y la familia, los amigos y los aliados de Alaa en todo el mundo siguen luchando por su libertad. la última petición (enlace externo) es para que los electores del Reino Unido y Estados Unidos escriban a sus miembros del Parlamento y Congreso respectivamente. Esperamos que Alaa recupere por fin su libertad en 2023, y no dejaremos de luchar hasta que lo haga.
Este artículo forma parte de nuestra serie Year in Review. Leer otros artículos sobre la lucha por los derechos digitales en 2022.
Nota: con todos lo respetos que me merece la EFF, encuentro que este informe no es muy completo, pues segun parece, el resto del mundo es un paraiso de libertad en las redes y no nombra, tan siquiera, el acoso que ya dura mucho tiempo de Julian Assange por parte de esos dos países que, según parece, para la EFF son el paradígma de Libertad en la Red, sin olvidar a Ola Bini y tantos otros activistas de la red.
o “descubrí” ningún archivo…. Halle la Verdad para mi caso y miles de víctimas de la dictadura stronista y del Plan Cóndor. Ni “milagro”, ni “suerte”, ni “lotería”. Tampoco me “apropie de la gloria” …. Sigo trabajando por la Justicia y la Reparación en los tribunales internacionales.
El 22 de diciembre de 1992, el pasaje del rumor siniestro a la Verdad comprobada del Terrorismo de Estado aplicado en Paraguay y Latinoamérica . José Agustín Fernández, un Juez valiente y comprometido con la nueva Constitución Nacional, cumplió con su deber con valor inusual en la época. Facilitó que el nuevo recurso constitucional, habeas data, se convierta en una herramienta para la dignidad de las personas.
Antecedentes indispensables…Hechos históricos. San Lorenzo, 26 de diciembre de 1974. Mi secuestro y el de mi sobrino Lorenzo Jara. Torturas, robo de la empresa familiar Instituto Juan Bautista Alberdi, muerte de mi esposa Celestina por tortura psicológica, persecuciones a familiares y profesores y el exilio con mi madre e hijos.
Mis desesperadas preguntas y una respuesta que abrió camino. Febrero de 1975: el Comisario Mario Mancuello, (padre del líder Carlos Mancuello, detenido desaparecido) estaba preso y torturado conmigo en la Comisaría Primera de Asunción. Me dijo “… estamos en garras del Cóndor…siga las pistas de los becados a Chile y la Argentina, las visitas de asesores extranjeros y vea las nuevas edificaciones en la Revista Policial…”.
Así lo hice durante años, reuniendo pedazos de la trama…y en 1979 publiqué la primera denuncia en mi libro testimonial…
El 25 de mayo de 1989, comenzó la batalla judicial que obtuvo sentencia tres décadas después…favoreciendo la impunidad biológica de Stroessner y de casi todos los responsables. El habeas data, del 11 septiembre 1992, con las firmas de los abogados Rodolfo Aseretto y Pedro Darío Portillo del Comité de Iglesias, forma parte de mi campaña contra la impunidad… Integra una misma cadena. Un eslabón exitoso y fundamental. Obtenido mis antecedentes, luego del hallazgo, yo seguí la lucha llevando a todos los tribunales nacionales e internacionales, copias de esos archivos…y reclame la apertura de otros archivos.
Recibí reconocimientos importantes que no son regalos… sino comprobaciones de esfuerzos realizados…alientos para continuar.
Hoy a tres décadas de aquellos hechos, agradezco a todas las personas que de una u otra forma colaboraron para que ese acervo documental sirva a la Justicia Universal y haya sido declarado“Memoria del Mundo” en 2009 por la UNESCO.
Gracias a mi compañera de lucha, la profesora y periodista María Stella Cáceres, a quienes integraron mi equipo en la Fundación Celestina Pérez de Almada, a la senadora Carmen de Lara Castro, a los directivos y los abogados del CIPAE, a Cristhian Torres que montó una guardia de periodistas para proteger el sitio…
Gracias a todos los y las periodistas que durante meses difundieron los documentos. Gracias a los Compañeros y Compañeras de prisión que durante varias noches cuidaron con celo las montañas de documentos en el Palacio de Justicia…
Igualmente a todos los amigos y colegas Defensores de Derechos Humanos que desde diferentes países formaron durante años parte de esa campaña contra la impunidad… Consecuencia positivas:
El Archivo organizado y puesto al servicio de la Justicia y de la sociedad….
Miles de víctimas de la dictadura accedieron a indemnizaciones con pruebas del Archivo;
La Comisión de Verdad y Justicia fundamentó su trabajo en esos archivos;
Se iniciaron numerosos juicios a nivel nacional.
Se aceptó la competencia de l a Corte Interamericana de Derechos Humanos mediante el Decreto 16.079 del 8 de enero de 1993 y se concretaron juicios y sentencias contra el Estado Paraguayo por los crímenes de la dictadura stronista.
Un nuevo Código Penal reconoció los crímenes de tortura, desaparición forzada y genocidio…
Hay documentos sobre personas detenidas desaparecidas …válidos para seguir buscándolos…
Más tarde aportamos nuevos archivos de la Marina…del Ministerio de Defensa, entre otros… .
Víctimas del Plan Cóndor continúan litigando en tribunales Argentina, Italia, Uruguay, Brasil y otros…
Hay libros, tesis, documentales, seminarios, encuentros y conferencias y hasta cátedras.
También el Archivo generó puestos de trabajo…y surgieron especialistas…
Perseguí la Verdad día a día y lo hice públicamente porque no tenía otra protección en un contexto político con democracia endeble…como era entonces el Paraguay de los 90…
La difusión, provocó el interés del público al buscar testimonios de víctimas de las Ligas Agrarias Cristianas… fue un acompañamiento valioso. Así, el periodista Luis Ocampo Alonso, prisionero y torturado en “La Técnica”, advirtió que a cuatro años del golpe a Stroessner, esa cárcel seguía funcionando pese a todo… Recordó los interrogatorios a base de carpetas y fichas del Departamento de Investigaciones. Allí entonces, había documentos… Como miles de personas, yo también fui torturado en “La Técnica” y el viernes 18 de diciembre, amplié la solicitud al Juez Fernández para la indagatoria de responsables y el allanamiento de todos los lugares que pudieran contener mis antecedentes.
La denuncia de Luis Ocampo Alonso indignó a senadores opositores que exigieron el cierre de la tenebrosa casa abierta con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos en 1956. El mismo 22 “La “Técnica” fue cerrada definitivamente por Resolución del Ministro Hugo Estigarribia. Dos días más tarde, el Juez Fernández ingreso para comprobar una extensa documentación, los instrumentos de tortura y una gran biblioteca proveniente de los secuestros… reveladora de crímenes de lesa humanidad allí cometidos. Desde 2005, aloja al Museo de las Memorias: Dictadura y DDHH. Sitio de conciencia y espacio para la reivindicación de las víctimas y educación en Cultura de Paz, donde la Mesa Memoria Histórica lleva a cabo su programa cultural.
El tiempo veloz …a veces, obliga a detenernos. Volver a observar el registro audiovisual del Canal 13 es un ejercicio indispensable para ubicar fechas documentadas además, en los diarios y voluminosos expedientes judiciales… En las tardes previas… recorrimos Lambaré… y otras dependencias policiales… con la discreción máxima de personas que se jugaban la vida en los datos y de vecinos. La trama se iba aclarando cada vez más, con nombres y fechas… El hallazgo posterior de nuevos archivos lo comprueba.
En la mañana del día 22, indiqué al Juez el lugar. Llevaba en mi mano, la ruta y los nombres completos: el edificio, la habitación y los papeles enterrados bajo el naranjo… por eso di los nombres de cada quien que podría estar vinculado para abrir la habitación. Fue una jornada inolvidable de horror, de emociones de alegría, de soledad con el Juez Fernández y el secretario Abogado Julio M. Vasconcellos…la diputada María José Rolon…
Apenas abierta la puerta, mi compañera María Stella ingresó y con su sólida experiencia periodística en Derechos Humanos, salió inmediatamente para comunicar la magnitud del hallazgo al recién llegado Presidente de la Comisión Bicameral de Ilícitos, Francisco De Vargas. Y a los periodistas presentes. Luego vinieron las precisiones pertinentes del Juez.
Aquella mañana aportamos a la Historia Reciente de Paraguay. Lo digo en plural porque para llegar a ese momento fue necesario una suma esfuerzos de personas visibles y otras no, de víctimas, defensores y periodistas que pudieron apoyarme porque conocían el derrotero de mi tragedia familiar, tan igual a la de tantos. No solo de Paraguay sino de nuestra América, mil veces violentada por la Doctrina de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor…
Con emociones encontradas de sobreviviente y consciente de los riesgos por los hechos que provoqué en el marco de un proceso respaldado por el Juez, los documentos fueron a la sede judicial…. Allí estaban los restos de la vida de miles de personas de todos los partidos y nacionalidades…
Ese fue el primer lugar de Verdad y Memoria. En los días sucesivos fueron los archivos de “la Técnica” y “La Tercera”. Con mi equipo de la Fundación, el 28 de diciembre convocamos a las víctimas para colaborar en la organización y protección de los Archivos. Una reunión numerosa con la presencia del Fiscal General de Estado, Luis Escobar Faella, la senadora Lara Castro, el Profesor Luis A. Resck y el dirigente comunista Livio González Santander, con la coordinación del Dr. Dionisio Gauto. Mientras, gestionaba apoyo técnico y financiero de las Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales.
Presentamos la primera denuncia contra el gobierno de los Estados Unidos mediante la Embajada en Asunción en abril de 1993. Gestión acompañada por la senadora Lara Castro y los representantes del Partido Comunista, Livio González Santander, del Partido Demócrata Cristiano, Fulgencio Riveros y del Dr. Dionisio Gauto… La rotunda negativa de responsabilidades no desalentó la continuidad de la campaña contra la impunidad. En Washington en 2000, otra etapa de búsqueda con el eminente catedrático Marcial Antonio Riquelme, paraguayo radicado en los Estados Unidos de Norteamérica, con quien solicitamos a la organización Archivos de Seguridad Nacional, la desclasificación de los documentos paraguayos, que se concretó con el trabajo del especialista Carlos Osorio en 2015 y la investigación personal del Dr. Riquelme sobre el asesor Roberto K. Thierry para establecer “La Técnica” y formar torturadores al comienzo de la dictadura.
¿Cómo fue posible hacerlo? La respuesta la tienen aquellos/as que hemos salido de los infiernos de las dictaduras, con muchas heridas pero con la convicción de buscar la Verdad… para comprender la inhumanidad de los crímenes a los que fuimos sometidos… Ser víctima y pedir explicaciones en un momento preciso. Recortado en una foto, es ocioso y hasta mal intencionado. Quienes lo exigen con suspicacia no han vivido una experiencia tal…realizan un análisis reduccionista sin la mirada amplia que exige trabajar la Historia con todos los medios que hoy se disponen públicamente… El ordenamiento cronológico de los hechos, descarta muchas aseveraciones falsas aunque tengan formato de libro.
Otros procederes solo muestran una envidia miserable, el desconocimiento y la lejanía sobre los padecimientos, juicios y amenazas de muerte, efectos de una Justicia aun mezquina para cientos de desaparecidos y asesinados en ese tiempo y para mi caso familiar. Por ello, María Stella Caceres gestionó y obtuvo del Canal 13, copias de la filmación del allanamiento y de inmediato pusimos a disposición de la prensa nacional e internacional y copias al Juez. Igualmente, una nueva edición del libro testimonial, de abril de 1993, da cuenta en un cuidado Anexo, las acciones de esa etapa. Datos fidedignos para la época, que siguen ampliándose con las investigaciones que llevamos adelante…Rigurosas como la realizada por Pablo Magee que abre mi caso a toda la perspectiva del Plan Cóndor, libro publicado en París en 2020, tras siete años de investigaciones. (Opération Condor – Un homme face à la terreur en Amérique latine (French Edition).
Un hecho notable e inmodificable en el registro documental. La resistencia a la Justicia del Comisario Ismael Aguilera que mientras trataba de impedir el acceso del Juez Fernández para el allanamiento del sitio de Producciones, jugaba la carta de la sumisión jerárquica ante sus jefes a las que había denunciado la noche anterior ante el senador de Vargas y alguna otra autoridad. Informe sin firma, a mano, cuyas imágenes fotográficas publica en su libro y que han sido incorporadas al Centro de Documentación y Archivo del Museo de la Justicia. Su contenido mayor da muestra de los robos y corrupción existente en el Departamento de Producciones del Barrio Santa Isabel de Lambaré. Solo un párrafo dedica a los documentos y que dice así: “Otro punto importante de las documentaciones de Investigaciones, una parte fueron quemadas y otra parte se encuentran guardadas en el pabellón del medio de Producciones de la Policía, que es dependiente de Investigaciones hasta hoy y fueron acarreadas unos días después de mencionarse por televisión que en algún lugar deben estar guardados esos documentos”. (sic). Ver páginas 78 al 85 del Libro de Ismael Aguilera “Mi lucha por la Verdad. El hallazgo de los Archivos del Terror”: julio 2021, Ediciones EL Lector.
Una foto que lo muestra trepado sobre los documentos y esta denuncia, no habilitan al Comisario Aguilera para considerarse defensor de los Derechos Humanos. Lo colocan en condición de delator, pyrague que delata a sus jefes. Un libro por encargo, rellenado con capítulos dedicados a figuras prominentes de la resistencia paraguaya no compensan la anunciada Verdad… El oportunismo y el aprovechamiento del sacrificio de tantas personas partícipes de los hechos históricos queda al juicio de los lectores. Sin embargo y en tiempos confusos como los actuales, con tantas añoranzas autoritarias, el libro favorece ataques contra defensores de DDHH y abre las vías para nuevos escándalos mediáticos.
A mis 85 años pese a las descalificaciones publicadas recientemente y demoras judiciales, sostengo una mirada firme… puedo “integrar” mi trayectoria con coherencia. Hay un camino recorrido… un trabajo nacional e internacional.
El 22 de diciembre, fue declarado por Ley 561 de 1995, impulsada por otra víctima, el senador Juan Manuel Peralta, “Día de la Dignidad Nacional” … y esta es una oportunidad para iniciar un año de conmemoraciones valederas…y provocadoras de cambios a favor de los Derechos Humanos…con la participación de jóvenes cada vez más activos y comprometidos. Nuevos desafíos nos esperan en este tiempo electoral: Itaipu, Hidrovia, la cuestión del clima… la educación, la salud pública, Pueblos Originarios, la pendiente Reforma Agraria…un abanico de urgencias que son deudas del pasado mientras crece el Plan Cóndor 2 va mostrando su estrategia innovadora pero eficiente en el debilitamiento de las democracias…
Invito a conocer los documentos del Archivo del Terror, oficialmente Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos en el Museo de la Justicia, sede del Poder Judicial de Asunción. Allí está nuestra contribución a la Justicia. Nosotros seguimos en campaña contra la impunidad por ¡VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN! ¡DICTADURAS NUNCA MÁS!
l grupo de expertos de RAND Corporation, que cuenta con 1850 empleados y un presupuesto de 350 millones de dólares, tiene el objetivo oficial de “mejorar las políticas y la toma de decisiones a través de la investigación y el análisis”. Está conectado principalmente con el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y es famoso por haber influido en el desarrollo de estrategias militares y de otro tipo durante la Guerra Fría.
Un documento firmado por RAND, bajo el título de apertura «Debilitando a Alemania, fortaleciendo a EE. UU.«, sugiere que existe una «necesidad urgente» de una afluencia de recursos desde el exterior para mantener la economía estadounidense en general, pero “sobre todo el sistema bancario”.
“Solo los países europeos vinculados por los compromisos de la UE y la OTAN pueden proporcionarnos estos sin cambios significativos. Sin costes militares y políticos para nosotros”.
Según RAND, el principal obstáculo para esta ambición es la creciente independencia de Alemania. Entre otros cosas, señala que el Brexit ha dado mayor independencia a Alemania y ha hecho más difícil que Estados Unidos influya en las decisiones de los gobiernos europeos.
Un objetivo clave que impregna esta estrategia cínica es, en particular, destruir la cooperación entre Alemania y Rusia, así como Francia, que se considera la mayor amenaza económica y política para Estados Unidos.
”Si se implementa, este escenario eventualmente convertirá a Europa no solo en un competidor económico, sino también político de los EE. UU.”, declara.
Única forma: implicar a ambas partes en una guerra en Ucrania
«Para aplastar esta amenaza política, un plan estratégico, centrado principalmente en destruir la economía alemana, podría crear una crisis sistemática que sería devastadora para la economía alemana e indirectamente para la Unión Europea en su conjunto”, afirma y cree que la clave es llevar a los países europeos a la guerra.
“La única forma posible de garantizar que Alemania rechace los suministros energéticos rusos es involucrar a ambas partes en el conflicto militar en Ucrania. Nuestras continuas acciones en este país conducirán inevitablemente a una respuesta militar de Rusia. Está claro que Rusia no va a dejar que la enorme presión ejercida por el ejército ucraniano sobre la República Popular de Donetsk no tenga una respuesta militar. Esto permitiría presentar a Rusia como la parte agresora y luego implementar todo el paquete de sanciones, que ya se ha elaborado”.
El partido verde obligará a Alemania a “caer en la trampa.
Los partidos verdes en Europa se describen como particularmente fáciles de manipular para que hagan los mandatos del imperialismo estadounidense.
“El requisito previo para que Alemania caiga en esta trampa es el papel dominante de los partidos verdes y las ideologías europeas. El movimiento ecologista alemán es un movimiento altamente dogmático, si no fanático, lo que hace que sea bastante fácil hacer que ignoren los argumentos económicos”, escribe, citando a la actual ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, y al ministro del Clima, Robert Habeck. , como ejemplos de este tipo de político.
“Las características personales y la falta de profesionalidad hacen suponer que les es imposible reconocer a tiempo sus propios errores. Por lo tanto, será suficiente formar rápidamente una imagen mediática de la guerra agresiva de Putin, y convertir a los Verdes en partidarios ardientes y duros de las sanciones, un «partido de la guerra». Esto permitirá imponer las sanciones sin obstáculos”.
Baerbock es, entre otras cosas, bien conocida por declarar que continuará con la suspensión del gas ruso incluso durante el invierno, independientemente de lo que piensen sus electores sobre el asunto y las consecuencias para la población alemana.
– «Apoyaremos a Ucrania, y esto significa que las sanciones se mantendrán, también en invierno, incluso si se pone muy difícil para los políticos», dijo recientemente en una conferencia en Praga.
«Idealmente, una interrupción completa de los suministros»
Los autores expresan la esperanza de que el daño entre Alemania y Rusia sea tan grande que haga imposible que los países restablezcan relaciones normales más adelante.
“Una reducción en los suministros de energía rusos, idealmente, una interrupción completa de tales suministros, conduciría a resultados desastrosos para la industria alemana. La necesidad de desviar cantidades significativas de gas ruso para calefacción en invierno exacerbará aún más la escasez. Los cierres en las empresas industriales provocarían escasez de componentes y repuestos para la fabricación, una ruptura de las cadenas logísticas y, eventualmente, un efecto dominó”.
En última instancia, se considera probable y deseable un colapso total de la economía en Europa.
“No solo dará un golpe devastador a la economía alemana, sino que la economía entera de toda la economía de la UE colapsará inevitablemente”.
Señala, además, que los beneficios de las empresas con sede en los EE. UU. al tener menos competencia en el mercado mundial, las ventajas logísticas y la salida de capitales de Europa, significarían que podrían contribuir a la economía de los Estados Unidos en un estimado de 7 -9 billones de dólares. Además, también remarca el importante efecto que muchos europeos jóvenes y bien educados se vean obligados a emigrar a los EE. UU.
RAND niega haber hecho el informe
RAND Corporation emitió un comunicado de prensa el miércoles negando que el informe provenga de ellos. No se hacen comentarios sobre qué partes del informe son falsas o precisas, aparte de simplemente escribir que el contenido es “extraño” y que el documento es “falso””.
este relato le ponen voz algunas protagonistas de una generación que lo arriesgó todo por una causa justa, la insumisión. 50.000 jóvenes, junto a madres, hermanas y compañeras, nos plantamos ante un sistema cruel. 1.670 cumplieron condenas entre barrotes. Kike Mur Zubillaga fue uno de ellos. A 25 años de su muerte en la prisión de Torrero, el Aragón insumiso sigue no olvidando para continuar la lucha.
Martes. 2 de septiembre de 1997. Aquella mañana amanecimos con un sobresalto. Un golpe que hoy sigue doliendo. El insumiso Kike Mur Zubillaga, encerrado por negarse a realizar el servicio militar, había muerto en la antigua prisión de Torrero. Su vida quedó sesgada con apenas 25 años. “Sus carceleros lo dejaron morir”. Esa frase se convirtió en una consigna. Un breve resumen de lo que sucedió aquella trágica madrugada de verano. Una verdad para hacer frente al relato oficial que trató a toda costa de eludir su responsabilidad.
GUILLERMO
La muerte de Kike fue terrible para todas las personas que formaban el movimiento por la insumisión. Un aviso para quienes entraríamos en esta lucha unos meses después, ya en su última fase. Devastadora para quienes fueron testigos directos dentro de los muros. Guillermo Ladrero vivió todo aquello en primera persona. Como Kike, Guillermo era insumiso, muy joven, veintitantos, y estaba cumpliendo su condena en Torrero. En la misma oscura prisión de Zaragoza por la que, desde su inauguración en 1928, pasaron miles de anarquistas, comunistas, sindicalistas y antifranquistas.
Lo que pasó esa noche, y lo que seguiría después, Guillermo lo dejó escrito con detalle en un texto publicado en el proyecto Zaragoza Rebelde (“Kike Mur. Muerte de un insumiso en la cárcel”). “Ese artículo era algo que se debía hacer, relatar aquellos hechos lo más claro y explícito posible para que no se perdiera en el recuerdo y todo el mundo tuviera conocimiento de lo que sucedió y de cómo, posteriormente, todos los esfuerzos para denunciar y depurar responsabilidades se estrellaron con un muro político-judicial que se encargó de enterrar el caso”, recuerda ahora, 25 años después. El artículo “utiliza datos contrastados recogidos en el dossier que realizó Asun, madre de la Asociación de Familiares de Insumisos de Aragón y en el relato que transcribimos esa noche en el pabellón de régimen abierto de la cárcel de Torrero mientras los bomberos, en el exterior, habían intentado sin éxito reanimar a Kike casi dos horas después del primer aviso al funcionario de servicio para que avisase a los servicios médicos”.
Guillermo reconoce que “el hecho de haber podido mantener la cabeza fría entonces para recoger toda la secuencia de acontecimientos ha servido para mantener los recuerdos de aquella noche siempre en un contexto cronológico muy claro y esto ha facilitado separar los recuerdos emocionales de los hechos concretos por muy dantescos, irresponsables y miserables que realmente fueran”.
Durante las fechas siguientes, mientras las calles se llenaron de movilizaciones de rabia, se esforzaron por “seguir manteniendo la cabeza fría sabedores de lo que había ocurrido y de que aquello conllevaría depuración de responsabilidades”. “A Kike le negaron el auxilio, no le dieron ninguna oportunidad; el funcionario encargado de la sección abierta, el jefe de servicios, el director y el médico de la cárcel eran, con su omisión de socorro y su comportamiento aquella noche, responsables y eso debía tener consecuencias. Así que, confiamos en que la justicia iba a tomar las medidas oportunas tras la querella criminal que se presentó… Y evidentemente fue un error, fue un error confiar en la justicia y en creer que no podría haber impunidad ante unos hechos tan claros”, lamenta.
Fue entonces cuando el estado de ánimo “se nubló de frustración e indignación en un momento en el que el movimiento de insumisión acusaba el esfuerzo de ocho intensos años de movilización, compromiso, represión, juicios, cárcel, clandestinidad…”, continúa Guillermo. “El movimiento de insumisión, si bien había logrado calar un mensaje claro de negativa al servicio militar y a la Prestación Social Sustitutoria (PSS), estaba mostrando cierto agotamiento. Quiero decir, que en el verano del 97 no teníamos esa fuerza explosiva colectiva que sí habíamos tenido años atrás y, quizá por eso, el terrible hecho de perder a un compañero de esa manera sumado a la decepción añadida de que nadie asumiera responsabilidades políticas ni penales anuló la capacidad de análisis y respuesta”.
ISABEL
Isabel Meléndez tenía 14 años cuando descubrió, a mediados de los 80, el movimiento antimilitarista a través de las manifestaciones contra la adhesión del Estado español a la OTAN, el desmantelamiento de las bases militares americanas, desplegadas durante la dictadura franquista, en defensa de la tierra, el medio ambiente y la autonomía de los territorios. A partir de aquellas movilizaciones, se fue implicando en diferentes colectivos. “Siempre desde un posicionamiento feminista y libertario, no adscrito a ningún partido político”, aclara.
Isabel no conocía personalmente a Kike, ni a su familia, “pero en el movimiento por la insumisión el sentimiento colectivo era muy profundo. Su muerte nos causó una gran conmoción. Afloraba la rabia ante un sistema penitenciario deshumanizado y aporofóbico, responsable de la muerte de Kike por omisión de socorro. Así como el deseo firme de que no hubiera impunidad”. Por otra parte, “nos invadió la preocupación por el impacto que lo sucedido iba a tener en nuestros compañeros presos, pendientes de juicio o en busca y captura. Sabíamos que la lucha les suponía un coste social y emocional muy alto, compartíamos sobre sus temores, pérdidas, conflictos, pesadillas persecutorias. Pero su muerte nos conectó con la vulnerabilidad, con la fragilidad, con la salud mental, con el tabú del suicidio. Y nos planteaba la pregunta de si realmente sabíamos hasta qué punto estaban sufriendo nuestros compañeros”. “En muchas de nosotras todos estos sentimientos complejos vinieron a alimentar la determinación y el deseo de seguir luchando, acompañando de la mejor manera posible, tratando de estar atentas y facilitar que se pudiera verbalizar la experiencia. Pero sabíamos que era una herida que acompañaría durante mucho tiempo a quienes lo vivieron más de cerca y marcaría de alguna manera el movimiento en Zaragoza, un movimiento que de manera orgullosa fue imparable y al que Kike contribuyó”, subraya.
Mirando atrás, Isabel afirma que en ese tiempo aprendió “a cuestionar y rechazar las estructuras patriarcales, cuya máxima expresión es el ejército. A cuestionar el pensamiento dicotómico masculino de buenos y malos, que considera que la guerra, fuerza y la imposición es eficiente, eficaz y atractiva, cuando a corto y largo plazo no lo es. Despreciando el diálogo, la palabra, la importancia del conocimiento del otro/otra o, la justicia social o la fraternidad”. Como feministas “denunciábamos también la vil utilización que se hace de las mujeres para justificar las guerras, como en Afganistán, y la relación que los ejércitos tienen con las mujeres en los territorios ocupados, bien sea a través de la prostitución, violaciones o incluso la violación como arma de guerra, hecho que denunciaba Mujeres de Negro en la guerra de la ex Yugoslavia”.
En el periodo entre 1989 y 2001, en un contexto de activismo contra las guerras y los ejércitos, se construyó “un movimiento imparable de personas en favor de la insumisión al servicio militar obligatorio y el castigo posterior para quienes no querían realizarlo, la Prestación Social Sustitutoria (PSS)”, apunta Isabel.
El servicio militar obligatorio (SMO) “era el mecanismo de adoctrinamiento de esta estructura patriarcal. Un dispositivo machista, clasista, racista, heteronormativo, al cual veíamos eran llamados nuestros vecinos, hermanos, amigos, compañeros. Los jóvenes de clase obrera dejaban más de un año de su vida allí, gastando ahorros, dejando sus trabajos, y por tanto a familias humildes sin esos ingresos, aguantando situaciones de violencia y abusos, había que adaptarse al entorno y no ser diferente. Mientras tanto, quienes tenían mejores condiciones de vida, posibilidades, contactos, podían eludir el SMO mediante prórrogas de estudios o realizaban el servicio en oficinas próximas a su domicilio”, denuncia. Además, continúa Isabel, el SMO “se edulcoraba como una oportunidad de viaje, de salir del hogar familiar, camaradería masculina, la idea de madurar y ‘hacerse un hombre”. Cuando en realidad, “en el SMO había que adaptarse al entorno y no ser diferente. Debía desaparecer todo lo relacionado con tus ideas divergentes, tu orientación del deseo, tu identidad de género y cultura”.
Como profesional de lo social, califica de “aberración” la gestión de la PSS. “Ese uso de mano de obra sin cualificar y gratuita por parte del estado o de macro ONG”. En el caso de su pareja, objetor de conciencia, quisieron enviarle a la planta de Psiquiatría del Hospital Miguel Servet. “No les importaba nada ni el sujeto que se incorpora, ni lo que podría aportar a un espacio profesional tan delicado. Por su puesto, entregó su negativa a incorporarse declarándose insumiso a la mili y a la PSS, tal y como tenía previsto”.
JAVIER
El movimiento por la insumisión en Aragón era tan diverso como las personas que lo formaban. Unos de los grupos más activos era el Colectivo Antimilitarista Pro-Insumisión (CAMPI Aragón). Al igual que Guillermo e Isabel, Javier Ortega estuvo implicado en este colectivo creado a principios de 1992 “tras diversos y tensos debates en el movimiento antimilitarista en los que no se reconocía la estrategia de insumisión total como una opción más de la lucha contra la militarización en todas sus formas”, explica. Así, “diferentes grupos y personas en todo el Estado, decidimos ponernos a trabajar para crear nuevas vías en el enfrentamiento insumisos-estado y luchar en conjunto contra el militarismo de este sistema”. La apuesta por “la insumisión total, o insumisión brutal como comenzamos a llamarla poco después, era una postura ideológica de desobediencia y subversión activa hacia la mili, la PSS, los juicios y el talego. Nos negábamos a cumplir el servicio militar obligatorio, su prestación social sustitutoria, a presentarnos voluntariamente a sus juicios farsa y a cumplir en su caso con la orden de ingreso en prisión”. En Aragón, el CAMPI, que también participó activamente en otras organizaciones como la Asamblea Ciudadana de Apoyo a la Insumisión y la Asamblea de Insumisos, lo conformaron “principalmente insumisos con el soporte, apoyo, trabajo y cuidado de otras personas y colectivos como el feminista Ruda, el de Madres de Insumisos, el Ateneo Libertario, el Kolectivo Antimilitarista de Ejea (KAE) y diversos grupos de apoyo, bajo el amparo de la desaparecida Casa Okupada de la Paz”.
En ese curso escolar, 1991-1992, Javier tenía 19 años. “Se organizó una charla en nuestro instituto con gente del entonces Mili KK. Yo ya tenía claro que lo perder un año de mi vida en el ejército no iba conmigo. Tras la charla, un grupo de jóvenes que acabábamos de entrar al instituto tomamos la determinación de que era el momento de poner el cuerpo en esta lucha y presionar con ello al Estado y su ejército en pro de alcanzar soluciones políticas”, recuerda. Entonces existían algunos recovecos para retrasar o no hacer el servicio militar obligatorio. Uno eran las prórrogas de estudios a las que te podías acoger, otro alegar alguna cuestión médica o de salud, o que salieras excedente de cupo (durante varios años al haber más jóvenes que plazas para cumplir el SMO, se realizaba una especie de sorteo en el que quedaban fuera algunos cientos o miles de jóvenes).
Javier y sus compañeros optaron por no presentar la prórroga de estudios que les correspondía. De este modo, entraron al sorteo de quintos que se celebró poco después. “Podías proponer preferencia de destino donde hacer el servicio militar. En mi caso me daba igual pues tenía claro que no iba a hacerlo así que no me acogí tampoco a ‘ese derecho”. Y del sorteo resultó que tenía que incorporarse a filas en el año 93 “en el acuartelamiento de Melilla, donde, por cierto, tuvo que hacer mi padre el servicio militar varios años atrás”.
Ahora tocaba transmitir la decisión de hacerse insumiso a su familia y amistades. “Obviamente son cuestiones en las que no pides su opinión pues, ¿qué te puede responder tu familia y colegas si les consultas que te quieres hacer insumiso y que asumes el riesgo de un más que probable ingreso en prisión? No, estas cosas no se preguntan, sólo se anuncian para que lo sepan y tengan la información una vez que has tomado la decisión”. Javier revive el silencio de su padre, un silencio que ocultaba preocupación. El “berrinche” de su madre y de cómo ésta, al ver que no tenía opciones de convencerle para que diera marcha atrás, “se curraba certificados médicos y lo que hiciera falta para que no tuviera que hacer la mili, pero sobre todo, para que no tuviera que hacerme insumiso”. Y “la complicidad, no sin preocupación, de mis hermanas y amigos”. Pero también “el respeto y apoyo de todos y todas ellas una vez comenzó mi periplo particular. Un periplo que fue igual o muy similar al de otros cientos de jóvenes”.
A la derecha carta que envíaba el Ministerio de Defensa. A la derecha, la negativa insumisa con la que contestábamos / Archivo CAMPI Aragón
Unos días antes de incorporarte a filas “te llegaba una carta de bienvenida con la hora y día en la que tenías que presentarte en el cuartel. Junto a ésta, te enviaban los billetes de tren, barco o autobús con los que desplazarte. Ahí comenzaba formalmente tu viaje de no retorno. Esa documentación que nos llegaba, la devolvíamos al cuartel junto con nuestra negativa expresa firmada a cumplir el servicio militar e incorporarnos a filas explicando los porqués de esa decisión”.
A finales de 1992 comenzaron los juicios contra los insumisos de forma masiva en Zaragoza. “Los primeros juicios consiguieron en buena parte una repercusión mediática y movilizaciones importantes. Pero el costumbrismo llevó, en buena medida, al desgaste y cansancio y los juicios pasaron por lo general a ser un trámite para la lucha final, la cárcel”, señala Javier. Esta perspectiva fue la que los llevó a acudir “a varios talleres sobre la cárcel que se organizaban desde el movimiento. Sois bastante masocas -nos decían algunos-, os estáis preparando para entrar en el talego. En parte tenían razón, pero aquellos talleres servían para tomar conciencia y estar ‘mejor preparados’ ante lo que nos podíamos encontrar”.
Al mismo tiempo que el CAMPI Aragón llevaba a cabo su estrategia, apoyaba la estrategia “mayoritaria” de presentaciones a juicio, entradas en prisión y lucha dentro de las cárceles. “Muchas personas del colectivo nos comimos dobles condenas por decirlo de algún modo, estuvimos varios meses e incluso años en situación de rebeldía con órdenes de búsqueda y captura. Cuando muchos fuimos detenidos, nos comimos, además, los correspondientes años de condena de cárcel o inhabilitación”, detalla Javier.
Al principio, continúa Javier, “nuestra visión de la clandestinidad partía de salir de la ciudad ante la supuesta represión del Estado y seguir ‘activos’, con precauciones, allá donde estuviéramos. Pero la represión al movimiento antimilitarista en general y al aragonés en particular hizo que replanteáramos la estrategia para hacerle frente con todas las fuerzas posibles”. Es entonces cuando, tras diversos debates entre insumisos en rebeldía, grupos de apoyo y CAMPI, decidieron apostar por “una insumisión total más activa dentro de nuestras ciudades, regresando gran parte de los insumisos en rebeldía a Zaragoza y asumiendo en consecuencia mayores riesgos de detención”.
La de Zaragoza llegó a ser la segunda cárcel con más presos insumisos del Estado, solo por detrás de Iruñea. Esta situación “hizo que la lucha se centrara mucho en el tema antirrepresivo dejando la insumisión relegada a un segundo plano. Y aunque todas éramos conscientes de lo que esto suponía, era difícil trabajar la insumisión dejando de lado que, en el año 96, más de 150 insumisos aragoneses habían sido juzgados, que más de 50 habían pasado por la cárcel, que más de 25 personas habíamos pasado a situación de rebeldía, que más de una docena de insumisos en rebeldía fuimos detenidos, los dos plantes en prisión, las ocho regresiones de grado…”.
EN REBELDÍA
Los años de la insumisión, desde 1989 a 2001, fueron años de un altísimo grado de implicación y movilizaciones. Así los describe Isabel, que era parte del CAMPI Aragón a través del grupo de apoyo a su hermano Andrés -insumiso en busca y captura cuando murió Kike Mur-, de Ruda y del movimiento internacional de mujeres pacifistas Mujeres de Negro. Pero, además de participar en la insumisión acompañando a “nuestros hermanos, parejas, amigos y demás insumisos, éramos activistas; participando en otros espacios y contribuyendo al debate feminista y antimilitarista, organizando charlas, promoviendo acciones, cooperando y haciéndonos eco de movimientos en otros territorios”. La organización de los grupos de apoyo se tejía en torno a un insumiso, “siendo su grupo de confianza, de cuidados y haciendo de enlace y suministrador de todo lo necesario para seguir con la lucha, estuviera donde estuviera, pendiente de juicio, en prisión o en rebeldía -busca y captura-”.
Isabel recuerda como “excepcional” la relación con las madres de insumisos más activas. Un colectivo en el que llegaron a participar hasta 85 mujeres, y que fue fundamental. Las madres llegaron a abrir muchas manifestaciones que terminaban en la puerta de la prisión. Ellas, en primera fila. “Había un gran reconocimiento por nuestra parte hacia su valor. Para muchas de nosotras eran auténticos referentes”. Aunque “también tuvimos que reforzar a otras madres y padres, como en mi caso, personas que aun cuando simpatizaran con las ideas de sus hijos insumisos, habían crecido en la represión franquista, en pueblos con climas caciquiles, desideologizados, buscando la vida apacible del buen trabajador. Y de repente sus hijos, aquellos a los que habían tratado de enseñarles el ‘tú no te signifiques’ para su supervivencia y progresión social, ponían todo patas arriba por la defensa de sus ideas, por ir contra un sistema injusto, enfrentándose a la persecución, la prisión y la inhabilitación profesional”.
Cuando Javier se declaró insumiso los tribunales militares “ya se habían ‘quitado el marrón’ de hacer juicios a los insumisos pasando nuestros casos a la jurisdicción civil”. Dos años después, en 1995, le llegó la citación con una solicitud de pena del fiscal que iba de los seis años a la famosa dos años, cuatro meses y un día de prisión. El día en el que tenía que celebrarse su juicio Javier no acudió declarándose en rebeldía. Para hacer más visible la denuncia, celebraron a la misma hora un “concierto-fiesta-teatro-sangríada popular” con KBKS -la banda en la que toca la guitarra, y ahora, además, pone la voz- en una placita del barrio de la Madalena. “Al aire libre, sin pedir permisos, a cara descubierta…”, relata. El juez decretó orden de busca y captura internacional contra él.
Los «Güella negra», boletines antimilitaristas del CAMPI, junto a otros dossieres de la época / Archivo CAMPI Aragón
Los años en rebeldía tampoco fueron fáciles para nadie. “Recuerdo mis casi cuatro años en esta situación con orden de búsqueda y captura. No podía acudir a ver a mi familia en fechas señaladas como navidad, cumpleaños, etc. Si quería verlos, tenía que entrar y salir por los garajes o la escalera de incendios del edificio con la complicidad de algunas vecinas”.
Un día fue a comer a casa de su madre pues sabía que “andaba floja de ánimo”. “Tras superar el periplo para acceder a su casa nos pusimos a comer. Al rato sonó el timbre de la puerta de arriba. Mi madre empezó a temblar, le agarré de la mano y le dije: Tranquila, como hemos hablado otras veces, di que no sabes dónde estoy y no les dejes entrar en casa. Una pareja de la secreta estaba al otro lado de la puerta. Mi madre desde la puerta, y sin dejarles entrar, les tuvo que decir que no sabía nada de mí, que no sabía nada de su hijo…. ¡Qué jodido debe ser decir eso para una madre, aunque sea para protegerte! Recuerdo que los policías aprovecharon la ocasión para intentar humillarla: ¿Pero qué clase de madre es usted que no sabe nada de su hijo? Yo oía la conversación desde el baño con la puerta entreabierta. Ya no podía más y pensé, se me van a llevar detenido pero por saltar encima de ellos. De repente, oí a mi madre que les decía: Más vergüenza les tiene que dar a ustedes y a sus hijos perseguir a chavales que no han hecho nada. Y les cerró la puerta en sus narices. Se fueron, y nosotras nos dimos un abrazo de los que son difíciles de olvidar”.
Otro día, Javier volvía a Zaragoza desde el pueblo con su padre. “Había ido a echarle una mano en el campo. Él conducía y yo iba de copiloto para minimizar los riesgos ante posibles controles. De repente, al dar una curva topamos con un control de la Guardia Civil. A mi padre le temblaba todo. Recuerdo cogerle la pierna y decirle: Tranquilo, no pasa nada, es un control de carretera. No estaba acostumbrado a lidiar con estas situaciones. Bajó la ventanilla. Con la voz entrecortada les contó que volvíamos a Zaragoza desde el pueblo. El agente le dijo: Parece usted muy nervioso. Mi padre contestó: Joder están aquí seis agentes con metralletas en las manos, ¿cómo quieren que esté? Afortunadamente, sólo le pidieron la documentación a mi padre y nos dejaron marchar. El resto del viaje lo pasó en silencio, sin decir nada. La pierna le seguía temblando y sus ojos mojados delataban una mezcla de miedo y de rabia contenida”.
“La familia, colegas y compas de curro tuvieron que acostumbrarse a preguntar siempre ¿quién es? antes de abrir una puerta, a mirar por la mirilla, a observar a los coches parados que resultaban sospechosos, a estar constantemente en alerta. Cómo se lo curraron todos los y las compas de la cooperativa de la que formaba parte, conmigo y con los cinco o seis currantes que estábamos en la misma situación de rebeldía. Cómo se lo curraban los bares y algunos establecimientos del Gancho cuando iban las secretas con fotografías nuestras a preguntar si nos habían visto por el barrio y éstos les respondían que si no tenían otra cosa mejor que hacer. Cómo mi pareja tenía que soportar estas situaciones y mi tozudez…”, recuerda con emoción.
En 1999, tras casi cuatro años en esta situación, le detuvieron al salir del trabajo en un control rutinario. “Me llevaron a Jefatura, y a los pocos minutos ya estaba mi madre allí junto con mi abogado, Fernando Burillo y docenas de personas y amigos en la puerta pidiendo mi libertad”. Tras pasar la noche encerrado le trasladaron ante el juez y éste le puso en libertad con una nueva fecha de juicio para quince días después. “Recuerdo que cuando salía del juzgado me preguntó el juez: ¿Vas a venir esta vez al juicio o tendremos que traerte a la fuerza? Yo le dije: Usted haga su trabajo y siga sus normas que yo haré lo que tenga que hacer y dicte mi conciencia… Y mi conciencia me dijo que no fuera a ese nuevo juicio-farsa. Y así lo hice, sólo que esta vez, y como hacía unos años que habían vuelto a modificar la ley cambiando las condenas de cárcel por inhabilitación, se nos podía juzgar sin nuestra presencia y condenar. El juicio se celebró sin mi presencia y fui condenado a no sé cuántos años de inhabilitación. No fui nunca a recoger la sentencia”.
LO NUESTRO ES LA MEMORIA
En el verano de 2001, se cerró la antigua cárcel de Torrero. Y con ella su oscuridad quedó como un triste recuerdo del pasado. El 31 de diciembre de ese mismo año se ponía punto final al servicio militar obligatorio. Cinco meses después de la despenalización del delito salieron los últimos insumisos presos de prisión. En la calle, los juicios continuaron hasta mediados de año. Pero ni los tribunales -civiles o militares-, ni la cárcel -1.670 jóvenes pasaron por prisión-, ni las inhabilitaciones -miles-, pudieron frenar la insumisión.
Pasado un tiempo, en 2005 la prisión fue derribada casi en su totalidad. En octubre de 2010, la Asamblea de Okupas de Zaragoza transformó el edificio que se mantenía en pie en un espacio liberado y autogestionado, un espacio que ahora ilumina el barrio. Sin barrotes, sin cerrojos, sin candados. Una plaza de libertad que perdura hasta hoy, bajo la amenaza del Gobierno municipal de las tres derechas (PP, Ciudadanos y Vox) que, como a tantos otros proyectos autogestionados, lo tiene en su punto de mira.
Aquí, en el Centro Social Okupado que lleva su nombre, se celebró el pasado 2 de septiembre el homenaje a Kike Mur Zubillaga. El día en el que se cumplieron 25 años de su muerte, aún hoy con un nudo en la garganta, nos reencontramos el Aragón insumiso en una emotiva jornada en la que reflexionamos sobre el pasado, el presente y el futuro. Una conversación en la que quedó claro que, a pesar de todo el daño sufrido, a pesar de las cicatrices, la desobediencia civil funciona, que “hicimos lo que sabíamos hacer”. Que “la insumisión fue la apertura a la militancia en otros colectivos, una red con otros movimientos”. Que todo aquello, fue “una lucha de esperanza y enriquecedora”, donde “la imaginación y el sentido del humor se mezclaban con la reivindicación política”. Hubo poesía, micro abierto y un cenador musical. Se estrenó una elaborada exposición con material histórico del movimiento insumiso, se proyectó el documental “Desobedientes. La insumisión presa”, se puso en valor la lucha antimilitarista actual, y un nuevo mural quedó pintado en las paredes exteriores del CSO.
En palabras de Fernando Gimeno, Fer, insumiso del CAMPI y, como Guillermo, testigo directo de la muerte de Kike Mur, a las que en el acto puso voz una compañera de la Asamblea del CSO: “En todo este tiempo, el recuerdo de Kike no se ha desvanecido sino que ha permanecido en nosotras y nosotros. Y, además, ha tomado forma de contornos abiertos y aristas vivas en los ladrillos y pasillos de esa maldita cárcel, deconstruida y reedificada hoy sobre los valores de la solidaridad, la desobediencia, la creatividad y la libertad. El tiempo es fugaz y escurridizo y unas veces se nos va de las manos, y otras muchas nos rodea silencioso con los brazos del olvido. Por eso nosotras no hablamos de recordar, sino de no olvidar. Lo nuestro no es la nostalgia, lo nuestro es la memoria”.
“Fue un pulso y una larga lucha de 15 años que no se reducía a la desaparición de la mili y su sucedáneo social, la PSS, sino que buscaba una transformación del mundo desde una postura antimilitarista, antiautoritaria, feminista y antirracista. No olvidar que fue una pequeña gran victoria, que no queríamos mili porque no queríamos obedecer, ni queríamos participar del engranaje militar de un ejército dedicado a proteger y mantener intactos un sistema económico, un régimen político, una ‘nación’ y una sociedad de los que algunas personas nos sentíamos tan distanciadas y de los que no queríamos formar parte”, añade Fer.
En su artículo en Zaragoza Rebelde, Guillermo escribió: “El sistema que nos encarceló durante una década fue incapaz de ayudar a Kike ni antes ni después de su muerte”. Una frase que “se explica por sí sola”, sostiene hoy. “Una de las consignas del movimiento de insumisión era denunciar las condiciones de las cárceles. Conscientes de que por motivos políticos podíamos ser encarcelados y sabedores de que teníamos cierta repercusión social, debíamos convertirnos en altavoces de lo que estaba ocurriendo dentro, destapar las miserias del sistema penitenciario, mejorar las condiciones de las presas y los presos y agitar el debate sobre el modelo carcelario”. Un trabajo que en Aragón han venido desarrollando colectivos como ASAPA o CAMPA. Sin embargo, “el propio sistema se esfuerza en mostrarse incapaz de asumir su responsabilidad y apuesta por seguir con un modelo penitenciario sancionador que oculte la realidad de presos y presas lejos del resto de la sociedad”, critica.
MATARIFES
Lo nuestro es el nosotros y nosotras, lo nuestro son los sueños, lo nuestro es el espacio solidario de un tiempo infinito. Porque nuestra lucha no es del hoy, ni del ahora, nuestra lucha es también del mañana, del después del hoy cuando ellos sean un triste recuerdo. Pero nunca solas. Siempre de a dos o tres. O mucho más que una sola.
Estos versos de Sergio Schoklender fueron recitados por Fer, cuya voz atravesó los muros de la prisión de Torrero para quedar grabada en la introducción al conocido tema “Matarifes”, incluida en el tercer disco de El Corazón del Sapo, todo un himno anticarcelario. Fer, vocalista de la banda, estaba entonces en segundo grado. Su mensaje quedó recogido “a través de una llamada desde el teléfono público que había en el centro penitenciario y ante la presencia del funcionario de turno. A ese teléfono se podía acceder a través de una instancia presentada con anterioridad. La llamada la realizó a un contestador automático, ya que no había otra forma de hacer la grabación pues desconocíamos cuándo podían permitirle acceder al teléfono. Si se presta atención se escucha el chirrido de las grandes puertas automáticas que llevaban a las diferentes galerías. No sé si existen otras grabaciones del interior de la cárcel, pero considero que sin duda es algo de gran relevancia histórica”, explica Guillermo, que también es el guitarrista de los Sapos.
La entrada de Fer y Guillermo en la cárcel en julio de 1997 fue en un momento en el que El Corazón del Sapo estaba haciendo muchos conciertos. “Fer y yo estábamos en busca y captura desde 1994 con una condena en firme de un año de prisión y ambos nos habíamos negado a la remisión condicional que nos habría evitado cumplir esa pena. Manteníamos un pacto en el que, si uno era detenido, el otro forzaría su detención. Y precisamente fue, tras un concierto y al ir a devolver la furgoneta que habíamos alquilado, cuando Fer fue detenido por la policía y una semana después yo ingresé en el talego”. Esto frustró por un tiempo la marcha de los Sapos pero no los planes que tenían de grabar otro disco. “Cuando pasamos a régimen abierto y retomamos los ensayos fuimos cerrando las canciones que teníamos en marcha y fueron varias las letras que tomaron forma definitiva durante las noches que regresábamos a la celda del pabellón. Fer plasmó en la letra de ‘Matarifes’ unos sentimientos salidos directamente de las entrañas”, continúa Guillermo. Ese disco, ‘Fuego al cielo de los cuervos’, lo grabaron mientras estaban en régimen abierto, regresando todas las noches a dormir al talego.
Y llegó el día de la venganza. 23 de abril de 2017. En el mismo lugar “donde dejaron morir a Kike” presenciamos la vuelta a los escenarios de El Corazón del Sapo, tras 17 años de parón, en una acción para reivindicar las luchas y sueños de la insumisión. Un acto de justicia poética. “Ahí se juntaron muchos sentimientos después de tantos años y fue un verdadero placer poder participar de algo tan especial como lo que vivimos ese día en un espacio que, eso sí, ya se había liberado del tufo a dolor y muerte de la cárcel”, asegura Guillermo. “Nunca pensé que desearía tanto volver a un lugar del que deseé tantísimo escapar”, reconoció Fer hace cinco años.
SEGUIMOS EN LA INSUMISIÓN
Ha pasado un cuarto de siglo desde la muerte de Kike. Se dice pronto. 20 años desde el final de la mili. Pero una idea sigue intacta en el Aragón insumiso: No olvidar. El precio fue muy alto, demasiado alto. Pero Guillermo lo tiene claro. Volvería a hacer lo mismo “sin dudarlo”. “Las decisiones que fui tomando esos años eran reflexionadas y seguras y eso me hace pensar que haría lo mismo. Con la perspectiva del tiempo quizá tome más sensibilidad en las repercusiones que entonces se podían producir en el ámbito particular y familiar, que siempre me apoyó, pero sin duda estoy orgulloso de haber participado de este histórico movimiento colectivo”.
Javier reconoce que la muerte de su compañero en prisión fue “un gran palo”. “Como ha dicho Guillermo, nuestro colectivo y el movimiento en general comenzábamos a mostrar síntomas de agotamiento. La práctica totalidad de los miembros del CAMPI estaban o habían estado en prisión o estábamos en busca y captura. Dos de los insumisos que pasaron esas horas trágicas con él pertenecían al CAMPI (Guillermo y Fernando). Se apostó por la denuncia pública con las fuerzas que nos quedaban y por la judicialización a los matarifes -mal llamados funcionarios- de la cárcel de Torrero que le dejaron morir sin hacer absolutamente nada para evitarlo. Pero lo que llaman justicia es solo un sistema que protege y ampara a los de arriba. Nadie pagó por ello. Todas las causas se archivaron sin más”.
“No podemos olvidar que Kike murió al otro lado de esos, hasta ayer, oscuros muros”, remarca Fer. “No olvidar -continúa- que en febrero de ese mismo año otro compañero insumiso Unai Salanueva Beldarrain de la Txantrea moría cuando debía regresar a la prisión de Iruñea. No olvidar porqué estaban presos. No olvidar que ambos fueron encarcelados por sus ideas, por su manera de pensar, por su forma de ser o quizás por su forma de no querer ser. Ambos entraron vivos en prisión, y la prisión y el sistema de valores sobre los que esta eleva sus vallas y alambres nos los devolvió muertos”.
“Kike ha seguido y sigue presente en nuestra memoria”, concluye Javier para recuperar las palabras de “un compañero insumiso en el acto que se organizó en el 25 aniversario de su muerte: Si alguna vez tengo que entrar de nuevo en prisión, entraré sonriendo y pensaré que en unos años este centro de exterminio ya no será una cárcel, será un Centro Social Okupado que llevará nuestros nombres”.
Mirando hacia el futuro, y en un clima actual de conflicto bélico, Isabel recuerda que entre los objetivos del antimilitarismo “no sólo está el no participar en el ejército sino también su disolución, analizar el modelo de relación, comunicación y cooperación entre los países. Reivindicar la desescalada armamentística, conscientes de lo que la militarización implica a nivel social y medio ambiental y el impacto que el mantenimiento, almacenaje de armas y las guerras tienen a corto, medio y largo plazo en las sociedades. Sacando a la luz los intereses que las promueven, alejados en la mayoría de los casos del interés general de los pueblos”. Y destaca que “es el miedo el que justifica, sin embargo las guerras se olvidan en cuatro días en los países lejanos que las promueven, mientras las heridas permanecen décadas o siglos, siendo el germen de otros conflictos”. Por eso, el mensaje del reciente homenaje a Kike Mur cobra tanto valor hoy: “Recordar para seguir luchando”.
ace tres semanas recibimos la terrible noticia de que Taylor, preso IPP desde hace mucho tiempo, antiautoritario y totalmente malo, había muerto. Más tarde ese día, algunos de nosotros nos unimos a otros seguidores y amigos de Taylor para ir al HMP Eastwood Park. Taylor pudo haber muerto por su propia mano, pero no fue menos un asesinato por parte de HMP Eastwood Park, que prefirió mostrar brutalidad y transfobia que incluso los niveles básicos de respeto que podrían haberlo mantenido en pie. Fue un asesinato por parte de todos los que forman parte de la llamada Justicia que lo retuvo tanto tiempo dentro del IPP, un tipo de sentencia que desde entonces se declaró ilegal.
Trajimos con nosotros nuestro amor y nuestra ira, mientras varias docenas de nosotros rodeábamos las cercas de la prisión, con banderas en alto, voces fuertes y el humo de nuestras bengalas flotando en el viento. En varios lugares, los presos no solo pudieron escuchar nuestra fuerte protesta, sino que también pudieron gritarnos. Un acto pequeño, pero que muestra a los presos que no se olvidan, ya los tornillos que no se les perdona.
Los amigos cercanos de Taylor ya han dicho todo mejor que nosotros. Entonces, en lugar de divagar sobre nosotros mismos, compartiremos sus escritos sobre el tema en la web de la Cruz Negra Anarquista de Bristol, es una lectura difícil pero importante.
Solidaridad ahora y para siempre con Taylor, los seres queridos de Taylor y todos los que sufren a manos del complejo industrial-prisión:
Taylor está muerto. Fue declarado muerto en prisión a las 22.37 horas del sábado 9 de julio tras cortarse el cuello. Estaba destinado a estar bajo vigilancia suicida, pero la prisión le falló. El director de la prisión nos informó a las 3:30 am del domingo. Su celda ha sido sellada por la policía y esperamos noticias de la autopsia. Anunciaremos noticias de su funeral en los próximos días y semanas.
Su historia es una de abuso, injusticia, transfobia y tragedia. No tenía que ser así. Fue asesinado por el estado. Su muerte debería desencadenar resistencia y rebelión dentro y fuera de las cárceles de todo el mundo. No tenemos ningún conocimiento sobre su investigación, o que el Estado pueda impartir algún tipo de justicia. Este es una llamada de atención a los abolicionistas y anarquistas de todo el mundo.
Con rabia en nuestras venas y amor en nuestros corazones, hasta que cada prisión se convierta en cenizas. Taylor: fuiste nuestro mejor chico. Nuestra familia queer siempre te extrañará. Nunca serás olvidado y el estado nunca será perdonado.
Sentencia en el caso Acción Revolucionaria. Como era de esperar, la “justicia” del régimen de Lukashenka vengó el miedo al levantamiento popular vivido en agosto de 2020 con brutales penas de prisión para miembros del movimiento anarquista. La decisión de la corte estatal de hoy:
Alexander Frantskevich: 17 años de prisión con una sentencia en una colonia penal bajo régimen estricto.
Akihiro Gayevsky-Khanada – 16 años de prisión con cumplimiento de condena en una colonia penal bajo régimen reforzado.
Marfa Rabkova – 15 años de prisión con cumplimiento de condena en una colonia correccional en condiciones de régimen general.
Aleksey Golovko – 12 años de prisión con cumplimiento de condena en una colonia penal bajo régimen reforzado.
Andrey Chepyuk – 6 años de prisión para cumplir sentencia en una colonia penal bajo régimen reforzado.
Pavel Shpetny: también 6 años de prisión con el cumplimiento de sentencia en una colonia correccional bajo régimen reforzado.
Oleksandr Kozlyanko – 6 años de prisión con cumplimiento de condena en una colonia penal bajo régimen reforzado.
Nikita Dranets – 6 años de prisión con cumplimiento de condena en una colonia correccional bajo régimen reforzado.
Andrei Marach – 5 años de prisión a cumplir en una colonia penal bajo régimen reforzado.
Daniil Chul – 5 años de prisión con cumplimiento de condena en una colonia correccional bajo régimen reforzado.
La activista saharaui Elghalia Djimi habla sobre la obligación decontar y recoger los testimonios de todas las mujeres saharauis que han sufrido violencias en el territorio ocupado del Sáhara Occidental, así como de las alianzas y las resistenciasque se forjan con el sufrimiento y de la necesidad de justicia.
os cuerpos, como armazones vitales sobre los que apoyarnos y valernos, van acumulando historias allí donde el mundo exterior los atraviesa. El cuerpo de Elghalia Djimi narra la historia de una activista que ha conocido en primera persona las violencias que surcan su tierra, el Sáhara Occidental, pero también las resistencias que su pueblo ha forjado con el paso de los años. Fue vicepresidenta de la organización Sahrawui Association of Victims of Grave Human Rights Violations Committed by Moroccan State y actualmente es miembro y cofundadora de la Instancia Saharaui Contra la Ocupación Marroquí ISACOM. Además, es parte del Comité de Familias de Saharauis Desaparecidos y del Espacio de Mujeres en los Territorios Ocupados (EMSTO).
Djimi nació en Agadir en 1961 donde fue criada por su abuela hasta que esta fue detenida-desaparecida en 1984. Ella misma fue víctima de desapariciones forzosas en tres ocasiones, en 1981 y después entre 1987 y 1991, tras participar en iniciativas contra la ocupación marroquí en el Sáhara Occidental. Ha sido hostigada y detenida en multitud de ocasiones en los años posteriores. Durante los casi cuatro años que estuvo desaparecida, sufrió diferentes tipos de tortura por parte del Gobierno de Marruecos. Por esa misma razón, y en busca de hacer por fin justicia, trabaja desde 1998 registrando las violaciones de derechos humanos que el pueblo saharaui ha sufrido en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Recientemente ha participado con el Instituto Hegoa (UPV/EHU) en un trabajo de investigación que ha documentado las violaciones de derechos humanos contra las mujeres en el territorio saharaui ocupado. Porque, al final, la historia de un cuerpo remite a la de otros cuerpos.
Estás estos días en Bilbao con otras defensoras de los derechos humanos, ¿qué habéis trabajado?, ¿te sirve reunirte con compañeras de otros territorios que sufren o han sufrido situaciones similares?
Ha sido un curso muy intenso e interesante porque hubo muchas defensoras valientes de los derechos humanos procedentes de diferentes países como América Latina y el Sáhara Occidental. Este encuentro nos da una buena oportunidad para explicar a nuestras compañeras de América Latina nuestro sufrimiento y también nuestra resistencia bajo la ocupación marroquí. Hemos podido hablar de nuestros ciudadanos que están en campamentos para refugiados, pero también de aquellos que están bajo la ocupación y en la diáspora porque la mayoría de ellas no conocían nada sobre el conflicto saharaui-marroquí. Hay un embargo mediático sobre nuestra causa y todas las compañeras hemos apreciado este intercambio de realidades.
Más allá de que eres consciente de todas las formas de violencia que han sufrido las mujeres saharauis, sistematizarlas y publicarlas no habrá sido fácil, en cierta manera puedes revivir lo sufrido.
Es nuestro deber vivir esos sufrimientos hasta que, por fin, logremos la independencia y entonces podamos hacer una cura psicológica entre todos. Hasta el momento resistimos, combatimos y luchamos sin esta cura que debería ayudarnos. Solamente nuestra determinación y la creencia en la legalidad y justicia de nuestra causa nos acompaña en este camino. Vale la pena sacrificarnos para ayudar al pueblo saharaui, expresarnos sobre su futuro político y dar una oportunidad a toda su población de vivir en su tierra en un entorno de paz, estabilidad y desarrollo continuo.
El informe ‘Que salga todo a la luz. Violaciones de derechos humanos de las mujeres en el Sáhara Occidental ocupado (1975-2021)’, elaborado por el Instituto Hegoa (UPV/EHU), junto con el apoyo de activistas e investigadoras saharauis, recoge los testimonios de 81 mujeres de entre los 12 y los 73 años que denuncian haber sido víctimas directas o indirectas de la violencia ejercida por Marruecos en el Sáhara Occidental. De media, tal y como se explica en el documento, cada mujer saharaui entrevistada ha sufrido desde la ocupación marroquí más de seis tipos de violaciones de los derechos humanos. Según la investigación, el 90 por ciento de las entrevistadas aseguran haber sido sometidas a diferentes tipos de torturas y otros tratos o penas degradantes, entre las que identifican golpes con objetos, escarnio público, golpes sin objetos, vendaje de ojos y utilización de capuchas, quemaduras o cortes o colgamientos en posiciones extremas. En cuanto a las consecuencias de las torturas, el 91 por ciento afirma sufrir impactos físicos como, por ejemplo, dolor crónico, alteraciones del sueño, heridas de diverso tipo, alteraciones alimentarias y discapacidad física o sensorial. Algunos de los daños psicológicos que las víctimas señalan son el miedo, la depresión, la pérdida de autoestima y la vergüenza. “El 78 por ciento de las mujeres ha denunciado los hechos ante distintas instancias de la administración marroquí. A pesar de las denuncias presentadas y del alto nivel de identificación de los victimarios directos, la impunidad es total: no se ha realizado ningún juicio contra miembros de las fuerzas de seguridad marroquíes o de colonos marroquíes implicados en las violaciones de derechos humanos”, añade el informe.
¿Te ha sorprendido algún resultado de la investigación?
No estoy tan sorprendida por la situación como mis compañeras. Sin embargo, las conclusiones de esta investigación son nuevas para nosotras porque, aunque trabajemos siempre sobre el tema de las violaciones de los derechos humanos, jamás hemos hecho un trabajo especialmente sobre la situación de las mujeres con estadísticas, porcentajes y gráficos. Todo eso es una novedad, pero es también lo que pide el trabajo académico. Es algo que nos da un nuevo impulso para mejorar nuestro trabajo.
La investigación va sobre mujeres y se sabe que la violencia contra las mujeres es un arma de guerra, ¿también en el caso saharaui?
Es verdad que compartimos esas violaciones de los derechos humanos con nuestras compañeras de América Latina. Creo que es habitual que en todas las partes del mundo donde hay conflictos, haya también abuso sexual contra las mujeres. Nosotras, por ejemplo, estábamos en centros secretos de desaparecidos donde nuestros guardias que eran hombres vivían día y noche con nosotras. Eran espacios pequeños y sin puertas en los que de vez en cuando se daban abusos. Hablamos, entonces, de un aspecto que acompaña siempre a los conflictos armados, incluido en el Sáhara Occidental.
Has estado detenida, desaparecida, hostigada, ¿te ayuda contar tu testimonio?
Sí, me ayuda mucho contarlo. De hecho, suelo contarlo cada vez que tengo ocasión porque creo que, debido al embargo mediático y militar impuesto sobre nuestro territorio, es parte de nuestro deber como activistas hacerlo. La mayoría de los países no saben nada de lo que pasa con nosotros y nosotras, por eso tenemos la determinación no solo de hablar de lo que sufrimos, sino también de lo que vivimos como parte de la resistencia. Con el sufrimiento hay también una resistencia extraordinaria en estos centros secretos, lejos de los ojos de los guardias. Cuando encontrábamos el momento adecuado, siempre conmemorábamos nuestras fiestas nacionales o ayudábamos a las otras a aprender, ya que la mayoría no sabían ni leer ni escribir. Las mujeres saharauis hacemos muchas cosas que demuestran que no somos solamente víctimas, sino también mujeres valientes que creen en un futuro mejor, un futuro de convivencia, de paz y de desarrollo. Hay que combatir los días y las noches de sufrimiento con este deseo, este sueño, en mente.
¿Qué sería para ti la justicia y la restauración?
La justicia es una reivindicación que hacemos y que nos corresponde por derecho, pero hasta el momento no hemos recibido ningún acercamiento en este sentido, ni tampoco de reconciliación porque el proceso que está llevando Marruecos es totalmente superficial. No ha analizado con objetividad todas las violencias que se han perpetrado en el Sáhara Occidental. Con el tema de los desaparecidos, por ejemplo, la información que nos hacían llegar era tan solo el nombre de la persona desaparecida junto con el centro secreto en el que supuestamente había muerto. Es el caso de mi madre. No nos explicaban dónde estaba la tumba, siguen sin hacerlo, no hay exhumación, no hay una devolución del cadáver para enterrarlo de acuerdo con nuestras costumbres religiosas. Entonces nuestro derecho al duelo, a la justicia, no lo hemos logrado todavía. Es verdad que Marruecos nos dio algo de dinero como reparación económica y material, pero nuestra principal demanda es la no repetición de estos hechos. Nosotras vivimos cada día en las calles de El Aaiún los ataques, las vejaciones, las torturas que aseguran que van a parar, pero que luego no es cierto. No han trabajado de una forma sería sobre lo ocurrido en el Sáhara Occidental y es por eso que como defensoras de los derechos humanos y víctimas tenemos que esforzarnos para hablar de estos temas con nuestros colaboradores como, por ejemplo, las investigadoras de Hegoa que nos han ayudado a hacer el informe.
¿Se siguen sucediendo estos episodios de violencia?
Sí, es siguen sucediendo, aunque no de la misma manera. Desde la invasión en el 75 se dan estos crímenes contra la humanidad como las desapariciones forzosas, por ejemplo. Actualmente no ocurren estas desapariciones masivas que duraban tantos años, sin embargo, hay otras violencias que son igualmente graves como la tortura psicológica y física en las calles y durante las manifestaciones. Todavía se llevan a cabo detenciones arbitrarias con condenas desproporcionadas que van de los cuatro años hasta la cadena perpetua. Todo esto se da además en un territorio que no nos es propio, en el que no hay prensa internacional o independiente. Tampoco tenemos una delegación en el territorio de las Naciones Unidas y la que se encomendó en 1991 para la implementación del referéndum, no tiene la capacidad ni la competencia para registrar y reportar las violaciones contra nosotros. Por lo tanto, la tarea que llevan a cabo las activistas es muy grande y muy peligrosa. Las represalias contra nosotras, contra nuestras familias, contra nuestros hijos son habituales llegando al punto en el que no pueden encontrar un trabajo u optar a becas universitarias porque se las deniegan. El activismo es un trabajo que considero casi como un deber nacional, pero en el que hay muchas trabas.
El Gobierno español ha cambiado su postura histórica respecto a la situación del Sáhara Occidental apoyando al reino de Marruecos. ¿Qué opinas sobre este drástico cambio de postura?
No me sorprende este cambio de postura. Existe una tradición sistemática por parte del gobierno español de colaborar con Marruecos como ya lo hizo el 14 de noviembre de 1975 a través del Acuerdo Tripartito de Madrid. En él ofrecía el territorio del Sáhara Occidental a dos países vecinos: Marruecos al norte y Mauritania al sur. Es una vergüenza, es un crimen contra la humanidad que un país colonizador ofrezca un pueblo a otros dos países vecinos sin preguntar siquiera su opinión al respecto. Ahora, 47 años más tarde, el Gobierno español se pronuncia nuevamente sobre el pueblo saharaui y da la soberanía a Marruecos, a un régimen criminal, que atenta no solo contra nosotros, sino también contra los inmigrantes que usan Marruecos y el Sáhara como territorio de tránsito y que viven en condiciones lamentables. Todo el mundo ha visto la masacre de decenas de inmigrantes que han llevado a cabo en la frontera con España. Teniendo esto en cuenta, nadie debería colaborar con un país así, mucho menos ofrecerle un pueblo. Marruecos utiliza el apoyo de España a modo de legitimación para sus actos sobre el Sáhara Occidental. Considero esa complicidad como otro crimen más contra la población saharaui.
¿Os sentís abandonadas por la sociedad española?
No, todo lo contrario. Quiero agradecer a las organizaciones de todos los puntos de España su trabajo porque tenemos una muy buena relación, además de la buena acogida que tienen nuestros niños y niñas aquí. No necesitemos ayuda humanitaria como tal pues tenemos un territorio lleno de fuentes de materias primas, lo que necesitamos es un apoyo político de la sociedad española, así como del resto. Sin olvidar también la voluntad por parte de la comunidad internacional de resolver el conflicto en el Sáhara Occidental dándole la última palabra al pueblo saharaui. Necesitamos un referéndum para sentirnos por una vez en nuestra vida libres de poder elegir nuestro futuro político, independientemente del resultado.
¿Mantienes la esperanza?
En el Sáhara Occidental tengo la sensación de estar en una cárcel muy grande con jardines y en la que hay mucha vigilancia por parte de los policías. A pesar de ello, mantenemos siempre la esperanza y el coraje para continuar esta lucha pacífica que es, por otro lado, muy peligrosa, pero la paz, la estabilidad y la convivencia entre los pueblos saharaui y marroquí merecen el sacrificio.
osotras, militantes de la Marcha Mundial de las Mujeres, denunciamos el papel que la OTAN juega en el mundo como herramienta del capital occidental para asentar y reforzar un sistema criminal que ataca de frente la vida de millones de personas en el mundo y la soberanía de sus pueblos. Nacida como herramienta para combatir el bloque socialista la OTAN ha sido desde entonces una herramienta para la expansión militar, ideológica y económica del capital en el mundo.
Como feministas anticapitalistas nuestra agenda tiene como centro de acción la defensa radical de la vida frente a la ofensiva de los mercados y sus mecanismos coercitivos y militares para imponer la explotación, la violencia y el expolio de nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestros territorios.
Como antiimperialistas denunciamos el papel que la OTAN, herramienta del imperialismo, juega en el proceso de acumulación y desposesión capitalista. El antiimperialismo es fundamental para construir un feminismo popular capaz de dar alternativas para un mundo con justicia, igualdad, paz y solidaridad.
Vivimos un momento de reorganización de un capital transnacional que precisa buscar su propia supervivencia en una situación límite: momento de mayor expolio de los bienes comunes, explotación de la mano de obra y del trabajo no remunerado de las mujeres, crisis multidimensionales (climática, alimentaria, financiera y de los cuidado) y exacerbación del racismo. Las fuerzas de extrema derecha en varios países son enfrentadas por los movimientos populares, y movidas en las disputas geopolíticas amenazan la hegemonía estadounidense, un estado por otra parte sumido en una grave crisis.
En este contexto las oligarquías mundiales vuelven a apostar por la vuelta a la economía de guerra que sirve además de para la acumulación y el enriquecimiento, para el disciplinamiento y control social. En este escenario es en el que la OTAN juega su papel de herramienta al servicio del imperialismo aplicando no sólo una lógica de militarización, sino y sobre todo una lucha cultural e ideológica por imponer la agenda del capital.
Como feministas sabemos que las lógicas militar y de desposesión del capital impactan con mayor fuerza en la vida de las mujeres pues es la vida misma lo que atacan. Somos las mujeres trabajadoras en las que descansa, en todo el planeta, la tarea de reproducción de la vida, incluso en aquellos lugares en que el Estado se ocupa de alguna parte de esta tarea en momentos de crisis económica es de ahí de donde primero se retiran los recursos y donde primero impactan los recortes. En los Estados en que el impacto de la guerra ideológica y económica acompaña la militarización y el conflicto bélico somos las mujeres, nuestros cuerpos y nuestras vidas, las primeras en sufrir las consecuencias como vemos en cada conflicto que pone en marcha el capital para enriquecerse.
Denunciamos el papel de los Estados miembros de la OTAN en su política de refuerzo y expansión capitalista por todo el mundo plegadas a los mandatos de las oligarquías y no al de los pueblos, así como el de todos aquellos que trazan alianzas para la expansión o fortalecimiento de esta estructura a nivel mundial.
Europa vive hoy una guerra fomentada por los intereses económicos del capital transnacional occidental y la respuesta militar de una Rusia en manos de la oligarquía, que la OTAN aprovecha para acelerar su proceso de expansión por Europa y África, no sólo para reflotar a los EUA con la economía de guerra sino para imponer así la agenda del capitalismo en el mundo y la reorganización de su supervivencia.
Esta agenda está siendo utilizada para contener el creciente descontento social fruto del aumento del coste de la vida consecuencia de un sistema en crisis que busca el máximo lucro a costa de la clase trabajadora, empobreciendo cada vez más a más población, con especial impacto en las mujeres.
Frente a la cumbre de la OTAN, denunciamos el papel de los gobiernos europeos que acompañan esta lógica y que no sólo se pliegan a los intereses de la oligarquía sino que están dispuestos a destinar recursos públicos a financiarlos aumentando el gasto militar hasta el 2% del PIB. Los gobiernos invierten en armas, tecnologías de vigilancia y fronteras, mientras las desigualdades se profundizan y la precariedad de la vida se generaliza.
Como movimiento feminista internacional, denunciamos los intentos mediaticos de ocultar y normallizar conflitos y guerras en territorios del sur global, territorios que sufren sistematicamente la militarización y las guerras, en los que es evidente el avance de los conflitos para el acaparamiento de los territórios y la naturaleza.
En ese mundo de guerras en el que el capital ataca la vida, la Marcha Mundial de las Mujeres apuesta por una agenda política en la que la sostenibilidad de la vida esté en el centro. Nuestra lucha es por la desmercantilización y ampliación de los servicios públicos de apoyo a la reproducción social, por la soberanía alimentaria y por cambios estructurales en el actual modelo de re-producción y consumo, orientados por el reconocimiento de nuestra interdependencia y ecodependencia.
La paz y la desmilitarización son compromisos fundacionales en la construcción de la Marcha Mundial de las Mujeres, así como nuestra solidaridad internacionalista y lucha incansable por la soberanía y autodeterminación de los pueblos como condición para superar el capitalismo racista y heteropatriarcal.
Hacemos un llamado a las mujeres de todo el mundo a reforzar y ampliar la lucha por la paz y la desmilitarización, a enfrentar el imperialismo y construir las condiciones de un mundo en el que la sostenibilidad de la vida sea el centro.
Resistimos para vivir, marchamos para transformar.
Marcha Mundial de las Mujeres, 23 de junio de 2022.