Siria, otra guerra del petróleo

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Robert F. Kennedy Jr. sobrino del presidente de los EE.UU Kennedy e hijo del  senador, afirma que en Siria – ISIS es un producto de la intervención de los Estados Unidos por el bien más preciado de la industria de los combustibles fósiles: el petróleo o petra oleum.

«A medida que nos centramos en el ascenso de ISIS y la búsqueda de la fuente de la barbarie que se llevó tantas vidas en París y San Bernardino, podemos mirar más allá de las convenientes explicaciones sobre religión e ideología y enfocar en las más complejas razones de historia y petróleo, que en su mayoría señalan como culpables del terrorismo a los campeones del militarismo, imperialismo y petróleo aquí en nuestras propias costas,» Kennedy escribe en una editorial para ecowatch.

La mirada crítica de Kennedy sobre la historia de injerencias, intervencionismos y hegemonías de los Estados Unidos – casi exclusivamente para mantener el flujo de petróleo – hace evidente su papel en la desestabilización de todo el Oriente Medio, en particular Siria. De hecho, más de cincuenta años de intervención violenta – en última instancia, por el interés de la industria de los combustibles fósiles – ha avivado enormes resentimientos. En esencia, el corporativismo geoestratégico estadounidense – con el pretexto del mantenimiento de la paz militarista – creó la misma violencia del yihadismo islámico contra el que ahora combaten los EE.UU.

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Comenzado durante la administración Eisenhower, la independencia árabe y la neutralidad en la Guerra Fría de las naciones del Oriente Medio fueron percibidas como una amenaza para el acceso estadounidense al petróleo.

El punto primero en el orden del día del presidente Eisenhower fue la elección por primera vez del líder iraní en 4.000 años, el presidente Mohammed Mosaddegh. El deseo de Mosaddegh de renegociar los contratos petroleros desfavorables a Irán con la British Petroleum llevó a un fallido golpe de estado por parte del Servicio Secreto británico – a quienes expulsó rápidamente del país. A pesar del punto de vista favorable de Mosaddegh sobre los EE.UU. – un modelo de democracia que quería implantar en Irán – Eisenhower, con la ayuda de Allan Dulles, derrocó a Mosaddegh. La «Operación Ajax» depuso a Mosaddegh y lo reemplazó por el Shah Reza Pahlavi – cuyo sangriento reinado culminó con la revolución islámica de 1979 «que ha fastidiado nuestra política exterior desde hace 35 años«, escribe Kennedy.

Tal vez una de las amenazas más grandes residía en la renuencia de Siria a aprobar el Oleoducto Transarábigo – con el objetivo de cruzar Siria y conectar el petróleo saudí con los puertos de Líbano. Cuando el presidente sirio se resistió, la CIA diseñó un golpe en un intento de reemplazarlo.

«El plan de la CIA era desestabilizar al gobierno sirio, y crear un pretexto para la invasión por Irak y Jordania, cuyos gobiernos ya estaban bajo control de la CIA«, explica Kennedy.

Las repercusiones de ese intento de golpe -, así como la implantación, con más éxito, de regímenes títere en otros lugares – todavía juegan en la política exterior y  en las relaciones geopolíticas en el presente. Un quita y pon de líder con más «éxito» lleva un nombre conocido de sobra en los EE.UU: Saddam Hussein.

Tras los intentos de deponer al líder iraquí, la CIA instaló a Hussein y al Partido Baas en el poder. Como señala Kennedy, el ministro del Interior Said Aburish, una vez dijo de esa trama, «Llegamos al poder en un tren de la CIA.» James Critchfield, el jefe de estación de la CIA en los dos golpes, el exitoso y el fallido, dijo más tarde que la CIA había «creado a Saddam Hussein» – suministrándole también armas e información.

«Al mismo tiempo, la CIA estaba abasteciendo ilegalmente a los enemigo de Saddam – Irán – con miles de misiles antitanque y antiaéreos para luchar contra Irak, un crimen famoso durante el escándalo Irán-Contra … la mayoría de los estadounidenses no son conscientes de las muchas formas en que los anteriores errores de la CIA ha ayudado a elaborar la crisis actual«.

Mientras que los estadounidenses creen ampliamente la versión gubernamental y de la prensa sobre el actual papel de los Estados Unidos en Siria que se basa en objetivos humanitarios, a partir de la primavera árabe de 2011, «En lugar de eso, comenzó en el 2000, cuando Qatar propuso la construcción de un oleoducto de 1.500 kilometros a $ 10 millones a través de Arabia Saudita, Jordania, Siria y Turquía,» explica Kennedy.

«El oleoducto propuesto habría unido Qatar directamente con los mercados europeos de la energía, a través de las terminales de distribución en Turquía, que se embolsaría ricos derechos de tránsito. La tubería de Qatar / Turquía habría dado a los reinos sunitas del golfo Pérsico la dominación decisiva de los mercados mundiales del gas natural y fortalecido a Qatar, el principal aliado de Estados Unidos en el mundo árabe«.

Actualmente, la UE recibe el 30 por ciento de su gas de Rusia, y «Turquía, el segundo mayor cliente de gas de Rusia, tiene especial interés en poner fin a la dependencia de su antiguo rival y situandose como el «centro transversal lucrativo» para los combustibles de Asia hacia los mercados de la UE. De la tubería de Qatar se beneficiarían la conservadora monarquía suní de Arabia Saudita […]»

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